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Junichi Takano

"Pilares sindicales" es una serie de entrevistas que pone el punto de mira en las personas de las asociaciones miembro de FIFPRO que se dedican a mejorar el bienestar de los y las futbolistas profesionales de su país.

Junichi Takano, secretario general de la Asociación de Futbolistas Profesionales de Japón (JPFA), habla de su trabajo en el sindicato, de sus experiencias en el fútbol y de lo que le motiva a diario.

¿Cuál es tu cargo actual y tu formación?

Entré en el sindicato en 2002, justo después de la Copa del Mundo que organizó Japón. Antes de eso trabajé como jefe de prensa y director de equipo en dos clubes que tenían futbolistas de varios países europeos. Me influenciaron; para ellos, todo consistía en ganar.

La JPFA se creó en 1996 pero en los primeros años el papel del sindicato no estaba claro para los jugadores. Como director de equipo asistí a las visitas del sindicato a los vestuarios y me di cuenta de que no muchos futbolistas entendían las ventajas del colectivo. Pensé que podría trabajar para el sindicato y mejorar su comunicación con los jugadores, ya que era uno de mis puntos fuertes.

¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo en el sindicato?

Hacer felices a los jugadores. Soy el secretario general y tengo que ocuparme de toda la organización. Al principio, pero también ahora, me resulta muy interesante comunicarme con los jugadores jóvenes y educarlos, sobre todo cuando puedo ayudarles socialmente.

Junichi Takano GA
Junichi Takano (centro)

¿Qué tema que afecte al bienestar de los futbolistas te apasiona más?

Compartir conocimientos sobre finanzas, impuestos, ahorro e inversiones. Muchos jugadores no saben cómo manejar el dinero ni las implicaciones de nuestro sistema fiscal y de pensiones. Intento enseñarles este tipo de conocimientos básicos y quiero que estén preparados cuando acabe su carrera como jugadores. La mayoría de ellos no ganarán tanto como para ser económicamente independientes. Quiero que sean felices en el futuro por eso intento concienciarles sobre cómo gastar su dinero sabiamente.

¿Puedes compartir con nosotros uno de sus momentos de mayor orgullo o uno de sus logros como representante sindical?

Japón no tenía un sistema de libre traspaso como en Europa tras la sentencia Bosman, y los jugadores nunca tuvieron la posibilidad de irse a otro club para conseguir más dinero. Esto cambió en 2009 cuando, con la ayuda de FIFPRO y del entonces secretario general Theo van Seggelen, conseguimos abolir nuestro sistema nacional. Fue uno de los mejores momentos de la historia de nuestro sindicato.

Fue muy difícil, sobre todo porque entonces no teníamos una buena relación con la J-League. En los dos primeros años de nuestra existencia no teníamos suficientes jugadores para crear influencia. Pero reforzamos nuestra organización, aumentamos el número de miembros y colaboramos con abogados de calidad y con Theo, y eso dio buenos resultados. Después de abolir el antiguo sistema, el número de transferencias se multiplicó de cinco a seis veces.

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¿Cuál es tu mejor recuerdo futbolístico hasta la fecha?

Japón se clasificó por primera vez para la Copa Mundial masculina en Francia 1998. Cuatro años antes nos quedamos fuera a último momento: Irak empató en el minuto 90 de nuestro último partido. Terminamos terceros por diferencia de goles, mientras que sólo se clasificaron los dos primeros países.

Queríamos desesperadamente clasificarnos para el Mundial de 1998. Íbamos a organizar el Mundial de 2002 y no queríamos ser el primer país en organizarlo sin habernos clasificado para una edición anterior. Nos clasificamos en el último momento. Teníamos un partido de repesca contra Irán en una sede neutral de Malasia. Empatamos 2-2 así que fuimos a la prórroga. En aquella época existía la regla del gol de oro, que significaba que ganaba el equipo que marcaba en la prórroga. Y en el minuto 118, Masayuki Okano aprovechó un rechace.

Masayuki Okano
Masayuki Okano

¿Quién es tu futbolista favorito de todos los tiempos y por qué?

Yo tengo dos: Gianfranco Zola y Giuseppe Bergomi. Bergomi sólo tenía 18 años cuando ganó el Mundial de 1982 con Italia. Aunque era un adolescente tenía esa imagen de defensa duro por su bigote y su pelo rizado. Yo también era un adolescente y quería parecer tan duro como él.

En cuanto a la habilidad Gianfranco Zola era mi jugador favorito. Sus lanzamientos de falta eran brillantes. Todavía no entiendo por qué no jugó más en el Mundial de Estados Unidos 1994. Roberto Baggio estuvo tremendo, sin duda, pero durante aquella final entre Italia y Brasil, Zola debería haber aparecido; tal vez podría haber marcado un gol de falta que ayudara a Italia a ganar el Mundial.

¿Qué te motiva a diario?

El fútbol en Japón no es tan popular como en Europa. El béisbol es mucho más popular. Todos los días Shohei Ohtani, el jugador de béisbol mejor pagado del mundo, es noticia en nuestro país. El fútbol casi nunca es noticia. Ahora hay muchos futbolistas japoneses en Europa pero nadie los conoce. Tenemos que cambiar esta cultura en Japón. Debemos hacer más publicidad, invertir más, elevar la calidad de nuestro juego. Esta industria debe ser más grande y generar más dinero. Eso es lo que me motiva.