Foresight Web Christian Theil

Campo perfecto: cómo el césped ayuda a los futbolistas a alcanzar su potencial

Perspectivas

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La hierba cubre el 20 por ciento de la superficie terrestre. Conserva el agua. Limpia el aire. ¿Qué lección podemos extraer de ello?

Esa fue la pregunta que me planteé cuando contacté con los encargados de los campos de juego la Bundesliga, una de las principales competiciones futbolísticas del mundo. En aquel entonces estaba trabajando en la agricultura de precisión, y me entusiasmaba conocer una comunidad que gestiona el césped cada día y comprende la ciencia tras él. Yo buscaba nuevas respuestas a nuestras preguntas más añejas: ¿cómo podemos vivir de manera sostenible como especie, y qué podemos aprender de las plantas?

Gestionar los 8.000 metros cuadrados de un campo de fútbol siempre ha sido un trabajo a tiempo completo. Exige cierta habilidad con la jardinería, supervisión del clima, y un saludable suministro de paciencia. Hoy en día, conlleva una responsabilidad especial.

La moderna superficie de juego es escenario para los mejores atletas del mundo, y un drama presenciado por millones. Ese mágico rectángulo verde lleva las esperanzas y ambiciones –y las inversiones comerciales a largo plazo– de todo un club. Los seguidores han llegado a esperar una alfombra brillante e impoluta, el telón de fondo perfecto para 90 minutos de suspense. La presión no se dirige a los pequeños equipos de personal del terreno que trabajan a merced del clima, incrementando el uso del campo, y con plazos cada vez más ajustados.

Cuando los encargados de los terrenos me respondieron, percibí una inquietud común. Todo el mundo estaba ocupado, pero todo el mundo quería hablar. Todo el mundo tenía sus propias técnicas, pero todo el mundo afrontaba las mismas preguntas: ¿cómo apoyamos al equipo y mantenemos seguros a los futbolistas? ¿Cómo desarrollamos algo que sea perdurable? Y ¿cómo gestionamos una docena de campos en un solo día? Mi propia inquietud radica en el uso sostenible del suelo, pero estaba comenzando a vislumbrar un terreno común.

Mientras seguían comprobando el estado de sus superficies de juego, algunos encargados de los terrenos dividían su trabajo en más de una docena de tableros: uno para cada campo. Algunos utilizaban tecnologías de la industria de la construcción, con una antigüedad de casi medio siglo, a medida que recopilaban y registraban sus datos. Procedente de un mundo donde la inteligencia artificial nos estaba ayudando a modelar el clima y cultivar plantas de forma más sostenible, comencé a ver el modo en que podríamos trabajar juntos.

Bundesliga Pitch Generic Dortmund
Balones de entrenamiento en el Signal Iduna Park, el campo del Borussia Dortmund
Pitch Grass Germany
Steffen Baumgart, entrenador del FC Colonia, chequea el césped previo a un encuentro de la Bundesliga
Players Generic Pitch Grass
Futbolistas hacen el calentamiento precompetitivo en el Rhein-Energie-Stadion

Cuando lancé turfcoach en 2021, mis preguntas se habían tornado algo más claras: ¿Cómo podemos aprovechar la ciencia de la agricultura y el poder de la inteligencia artificial para producir el campo de fútbol perfecto? ¿Cómo podríamos trabajar con los encargados de los campos para entender su césped?

El césped: ahí es donde todo comienza. Donde la hierba entierra sus raíces, donde el futbolista planta sus tacos. Para mejorar el campo de juego, debemos comprender cómo responde el césped al mundo que lo rodea, comenzando por el clima. Por esa razón, utilizamos la inteligencia artificial.

Cuando examinamos una superficie de juego, lo hacemos de manera no invasiva. Nadie tiene que realizar cortes sobre el campo ni excavar agujeros. Recurrimos al aprendizaje automático para procesar los datos que recibimos, lo que nos permite crear un panorama profundo del césped y su comportamiento.

Para ayudar a los encargados de los campos, integramos todos sus sensores y herramientas en una pieza única y adaptada de software. Hacemos su vida más sencilla. Hacemos que la gestión de los terrenos sea más sostenible. Reducimos costes.

Nos consideramos parte del deporte. Queremos que los clubes se sientan orgullosos de su campo de juego –después de todo, es su casa– y queremos que los atletas confíen y disfruten de cada centímetro de la superficie de juego.

Cuando los futbolistas se visten la camiseta y se adentran en el césped, están yendo a trabajar. El campo es su lugar de trabajo. Al igual que cualquier trabajador de cualquier industria, tienen derecho a la seguridad y la salud en el lugar de trabajo. Pero afrontan también un riesgo particular, que amenaza con acortar su carrera: una lesión grave.

¿Cómo afecta la superficie de juego al riesgo de lesión, y cómo pueden ayudar nuestras tecnologías?

En el instante en que los futbolistas realizan giros y esprints, interactúan con el césped que tienen bajo sus pies. Su velocidad y rendimiento –y el riesgo de lesión– depende de la superficie de juego. Las diversas características del campo afectan al modo en que los futbolistas activan sus músculos: cuando la superficie de hierba se reblandece o se endurece, influye en sus carrerillas, giros y movimientos durante todo el partido.

Lo que ocurre cuando la bota del jugador pisa la superficie del campo es fundamental. La tracción en movimientos altamente giratorios aumenta en más del doble el riesgo de lesión. Puede desgarrar o torcer el ligamento cruzado anterior (LCA), manteniendo a los futbolistas en los laterales durante meses cada vez. Y se da la circunstancia de que las mujeres futbolistas tienen ocho veces más posibilidades de sufrir una lesión del ligamento cruzado anterior que sus homólogos masculinos.

Vivianne Miedema ACL
Vivianne Miedema es una de las futbolistas de élite que han sufrido lesiones de ligamentos cruzados

Si queremos reducir las lesiones causadas por la superficie de juego, debemos entender cada centímetro de césped. Nuestras tecnologías ayudan a los clubes y futbolistas a hacer precisamente eso. Al analizar cada variable fundamental –desde la dureza de la superficie a la humedad del suelo– los futbolistas y entrenadores pueden adaptarse rápidamente a las condiciones cambiantes. Si es necesario, podemos escanear todo el campo en los minutos previos a un partido.

Nuestro objetivo a largo plazo sigue siendo el mismo: desarrollar campos uniformes, donde los jugadores se sientan seguros de cada brizna de hierba.

Si podemos ayudar a los clubes y futbolistas a reducir lesiones, comenzamos a responder las grandes preguntas que nos han traído aquí en primer lugar: las que planteé cuando me reuní con los encargados de terrenos de la Bundesliga. ¿Cómo podemos producir superficies de juego que sean seguras, sostenibles y adecuadas para el deporte? ¿Cómo podemos ayudar a los atletas a convertirse en la mejor versión de sí mismos? Y ¿cómo llevamos esta visión por todo el mundo, de manera que cada región y cada club puedan un día disfrutar del campo perfecto?

Todo comienza con el césped. Si queremos que el fútbol sea democrático, abierto a todos, y sostenible, entonces necesitamos superficies de juego a la altura del mismo: inteligentes, resistentes, y sensibles a las necesidades humanas de cada jugador. Eso es lo que la hierba me estaba diciendo.

Christian Theil
Sobre

Christian Teil

Es consejero delegado de turfoach. La empresa combina la experiencia agrícola y la ciencia del deporte con el poder de la IA. Con la ayuda de financiación pública de la Unión Europea y el Gobierno Federal alemán, la empresa ha reunido un equipo de expertos de gran talento que siguen apoyando su rápida trayectoria de crecimiento. En septiembre de 2023, turfocach recibió el premio a la mejor start-up de tecnología deportiva en la Cumbre Mundial del Fútbol. Antes de fundar turfcoach en 2021, Christian desarrolló su experiencia trabajando en agricultura de precisión y sostenibilidad.