- La defensa neerlandesa Merel van Dongen habló en el podcast Women's Football Weekly, del periódico inglés The Guardian
- Van Dongen, miembro del Consejo Mundial de Futbolistas de FIFPRO, estuvo acompañada por Sarah Gregorius y el Dr. Alex Culvin
- Se analizaron los problemas de sobrecarga e infracarga que afectan a las futbolistas
Según Merel van Dongen las jugadoras de la selección femenina de Países Bajos plantean "continuamente" entre ellas el problema del aumento de la carga de trabajo y el agotamiento.
La defensa holandesa, cedida por el Atlético de Madrid al Monterrey mexicano, habló en el podcast Women's Football Weekly, del periódico inglés The Guardian.
Van Dongen, que es miembro del Consejo Mundial de Futbolistas de FIFPRO, afirmó: "En nuestra selección nacional se trata de un tema muy importante. Estamos hablando por teléfono sobre esto todo el tiempo".
"Sobre todo es la falta de descanso mental diría yo, más que nada. Hay que imaginarse que, sobre todo en la élite, cuando juegas en todas las competiciones, puedes llegar fácilmente a jugar más de 60 partidos al año.
"Con un calendario que no hace más que crecer, tener una carrera de 15 años como jugadora es demasiado".
La sobrecarga y la infracarga afectan al fútbol femenino
Si bien un calendario de partidos sobrecargado puede tener un impacto perjudicial en el bienestar físico y mental de los jugadores, también lo puede tener uno infracargado, un problema que afecta en gran medida al fútbol femenino.
Mientras que las jugadoras internacionales de las categorías superiores del fútbol femenino están sujetas a un calendario canibalizado que muestra poca consideración por su bienestar general, hay jugadoras que compiten a nivel nacional a las que se les permite un número relativamente bajo de apariciones cada temporada debido a la fragmentación de los partidos.
Informe de la carga de trabajo en el camino hacia la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023
El informe destaca cómo los calendarios nacionales e internacionales de fútbol femenino son desiguales y están fragmentados, obligando a muchas futbolistas de países donde el fútbol está menos desarrollado a trasladarse al extranjero para mejorar. O enfrentarse a la perspectiva de no poder jugar suficientes partidos para desplegar todo su potencial.
En declaraciones a Women's Football Weekly, Sarah Gregorius, directora de Política Global y Relaciones Estratégicas de FIFPRO para el Fútbol Femenino, explicó: "Por un lado, las exigencias físicas y mentales de los atletas que juegan a un alto nivel nacional e internacional están llegando a un punto de ruptura, con muy poco tiempo para descansar entre partidos".
"Por otra parte, la mayoría de las futbolistas de todo el mundo juegan muy poco al fútbol, con calendarios intermitentes que tienen que ajustarse al calendario internacional en vez de a la competencia doméstica".
El año pasado, algunas jugadoras de la Superliga femenina, por ejemplo, estuvieron cuatro meses sin jugar una competición, en parte debido a que la máxima categoría inglesa sólo cuenta con 12 equipos.
"Si se compara la Premier League masculina, que cuenta con 20 equipos, con la FAWSL, que sólo tiene 12, la infracarga no es un problema para los futbolistas no internacionales en el fútbol masculino, sino que es un problema específico del fútbol femenino", afirmó el Dr. Alex Culvin, director de Estrategia e Investigación para el Fútbol Femenino de FIFPRO.
"La innovación necesita pensar en la expansión de la competición en términos de tamaño de la liga, número de equipos de calidad, descensos, ascensos, ligas cerradas, todos estos diferentes componentes para pensar en la infracarga. Es un problema que afecta a una gran proporción de jugadoras y no creo que se tenga suficientemente en cuenta desde la perspectiva de los organizadores de competiciones".
Es necesario que los organizadores de las competiciones tengan más en cuenta el calendario de partidos internacionales, especialmente en lo que respecta a la programación general de los encuentros.
"Cuando hablamos de sobrecarga e infracarga, a veces no se trata sólo del número de partidos, sino de cuándo se programan", dijo Gregorius. "Se trata de dónde colocamos las distintas competiciones, porque si nos limitamos a mirar el Calendario Internacional de Partidos, las competiciones de las ligas nacionales y la Liga de Campeones por sí sola, parece que está bien".
"Es cuando las juntamos todas cuando se convierte en un problema. Antes de que empiece a modificarse el calendario, tenemos que fijar el resto de las ligas que se disputan en el invierno europeo tradicional y fijarlas para las ligas que se disputan en el calendario opuesto, de marzo a noviembre, y luego situar las competiciones en torno a eso".