- Nikolay Hristozov se retiró como futbolista el año pasado, tras una carrera que abarcó nueve clubes búlgaros.
- Actualmente es entrenador principal del Vitosha Bistritsa, así como empleado del Sindicato búlgaro de futbolistas, perteneciente a FIFPRO.
- Se ha adaptado con entusiasmo a su nueva función, y espera definir sus nuevas funciones.
“Llevo jugando al fútbol desde que tengo uso de razón, y soy afortunado por haber disfrutado mi carrera profesional hasta que cumplí los 36 años, jugando para diversos equipos. Pero no importa cuánto tiempo lleves en esta profesión, cuando llega el momento de colgar las botas todo jugador mantiene la pasión por el fútbol.
Para mí, el entrenamiento llegó como una continuación natural de lo que conozco y de lo que amo, y mis experiencias como jugador han contribuido a modelar mi enfoque como entrenador. Recuerdo cómo la carga de trabajo y las duras sesiones de entrenamiento pueden afectar a tu capacidad física y mental, y por lo general cómo es estar en el lugar del jugador. Esta experiencia de primera mano me proporciona empatía, lo que considero es una piedra angular para establecer confianza entre entrenador y jugador.
Por supuesto, también es fundamental mantener la autoridad que conlleva la posición; no estás ahí para ser el mejor amigo de todos. Esa es una de las principales diferencias que he observado en el avance desde asistente de entrenador a primer entrenador del Vitosha Bistritsa. La responsabilidad es incomparablemente mayor: ya se trate del programa de entrenamiento o del resultado, eres directamente responsable como entrenador. Como asistente de entrenador, puedes distanciarte algo más del resultado y centrarte únicamente en los propios jugadores, lo que resulta en una relación mucho más estrecha de lo que puede llegar a entablar el primer entrenador.
Es interesante observar el deporte al que he jugado durante tantos años desde esta nueva perspectiva. Tengo una nueva apreciación por los detalles de cada partido; mientras que, como jugador, simplemente seguía las instrucciones del entrenador, sin comprender verdaderamente el proceso de pensamiento que había detrás. Sigo pensando que, si hubiera tenido la comprensión que tengo ahora como jugador, entonces hubiera alcanzado un potencial mucho mayor, aunque sin duda al echar la vista atrás todo es maravilloso.
Uno de los valores que intento imponer en mis jugadores es que, por mucho que te absorba en el momento, el fútbol no es para siempre. Me considero muy afortunado por haber jugado durante tanto tiempo, pues para la mayoría de jugadores no es así. Es tan importante prestar atención a nuestro desarrollo fuera del fútbol, y formarnos para poder estar preparados para la vida después del fútbol. El Sindicato búlgaro de futbolistas ofrece numerosas oportunidades de adquirir distintas destrezas, tales como cursos de idiomas o titulaciones en formación superior, y animo a todos mis jugadores a aprovecharlas.
Mi entusiasmo por ello quizá procede de mi propio trabajo en el ABF, que encuentro muy excitante y satisfactorio. Me ofrecieron un puesto para ayudar en el sindicato de jugadores, más o menos cuando estaba pensando en retirarme del fútbol profesional, y lo acepté con gran interés. Para mí, fue un modo de mantenerme cerca de los jugadores y de ayudar a mis amigos y antiguos colegas de cualquier modo posible.
“Solo porque ya no sea jugador, eso no significa que no pueda tener un impacto en el mundo del fútbol”
ABF me ayudó enormemente en mi propia carrera profesional; desafortunadamente, entré en disputas con clubes que no pagaron a tiempo, y el sindicato me ayudó a obtener la atención jurídica para poder recibir mi salario. Los futbolistas, al igual que otras personas, tienen sus familias y facturas que pagar, y el estrés y la ansiedad que resultan de ello pueden afectar fácilmente su rendimiento sobre el terreno. Gracias al ABF y a sus esfuerzos por implementar un sistema de seguimiento efectivo para controlar y prevenir la demora en los pagos, se ha solucionado ese problema.
Participo activamente en la implementación de una variedad de campañas muy valiosas, incluyendo un proyecto de ayuda a jugadores sin contrato para hallar un nuevo equipo al tiempo que mantienen sus niveles de aptitud profesional. Ejerzo también como “enlace” entre los jugadores y el equipo jurídico de ABF. Es una función que llega de manera natural para mí, pues mis experiencias como futbolista me ayudan a comunicarme más eficazmente con los jugadores, y ellos confían más en mí porque saben que comprendo la situación.
Me siento muy afortunado por seguir conectado al mundo del fútbol tras retirarme de mi carrera deportiva, y estoy entusiasmado por lo que el futuro pueda tenerme reservado. Espero poder marcar una diferencia positiva en las vidas de los futbolistas búlgaros, tanto en mi función de entrenador como en mi trabajo en el sindicato de jugadores.
Por supuesto, estoy centrado en el éxito inmediato sobre el campo de juego para mi club, pero también espero desarrollar mi propio enfoque y métodos como entrenador. El objetivo final, como para todos los entrenadores, es implementar un estilo propio, que los demás reconozcan como el mío particular. Solo porque ya no sea jugador, eso no significa que no pueda tener un impacto en el mundo del fútbol: ¡solo que parece un poco diferente al de antes!”