Anna Green New Zealand

Anna Green: "Es responsabilidad de todas las futbolistas contribuir al progreso del futbol"

Historias de futbolistas

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Anna Green New Zealand
  • La exinternacional defendió la camiseta d Nueva Zelanda en tres Mundiales femeninos y 4 Juegos Olímpicos

  • Hoy defensa del Sydney FC, forma parte del comité ejecutivo de la División Asia/Oceanía de FIFPRO

  • Green reflexiona sobre la evolución en las condiciones de las futbolistas y lo que se puede conseguir mediante la acción colectiva

Además de ser una celebración histórica para el país, la victoria de Nueva Zelanda contra Noruega en el partido inaugural de la Copa Mundial Femenina fue también un momento de reflexión para Anna Green, una leyenda de las Ferns, el apodo con el que se conoce a la selección femenina.

Green, que anunció su retiro internacional a principios de este año, jugó 82 partidos con Nueva Zelanda entre 2006 y 2023, disputando tres mundiales femeninos y cuatro Juegos Olímpicos.

"Fue increíble ver cómo los años de duro trabajo y dedicación se materializaban en ese momento", declaró Green, reflexionando sobre la primera victoria de las coanfitrionas de 2023 en la fase final mundialista.

"Jugué con las Ferns durante 16 años y cuando empecé todo era bastante amateur. Teníamos suerte si conservábamos la camiseta que llevábamos en los partidos, y los viajes incluían regularmente escalas de 10 horas".

Las condiciones para las jugadoras han mejorado mucho en Australia/Nueva Zelanda 2023 gracias a la acción colectiva de FIFPRO, sus sindicatos afiliados y las jugadoras internacionales de todo el mundo.

Green, que ahora forma parte del comité ejecutivo de FIFPRO División Asia/Oceanía, se sentó con FIFPRO para reflexionar sobre la evolución en las condiciones de las futbolistas, su trabajo con la Asociación de Futbolistas Profesionales de Nueva Zelanda (NZPFA) y lo que se puede conseguir mediante la acción colectiva.

Nueva Zelanda ganó el primer partido de su historia en la Copa Mundial Femenina de la FIFA. ¿Cómo fue esa experiencia como exjugadora y qué esperas del resto del torneo?

Fue increíble ver cómo los años de duro trabajo y dedicación se materializaron en ese momento. El hecho de que fuera en casa, ante el mayor público de la historia del fútbol neozelandés, hizo que casi pareciera cosa del destino. Creo que ese partido se desarrolló exactamente como debía. El equipo ya ha cautivado el corazón de nuestra nación, que está muy centrada en el rugby, y estoy impaciente por ver cómo se prolonga durante el resto de la fase de grupos y, con suerte, hasta el final del torneo.

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¿Qué cambios has visto durante tu tiempo como internacional y cuál es la mayor diferencia entre tus inicios y el presente?

Jugué con las Ferns durante 16 años y cuando empecé todo era bastante amateur. Teníamos suerte si conservábamos la camiseta que llevábamos en los partidos, y los viajes incluían regularmente escalas de 10 horas. Creo que los principales cambios se han producido en las condiciones y el alojamiento. El juego en sí se ha convertido en un producto mejor. Al introducir estos cambios, específicamente después de 2018, cuando colaboramos con los All Whites (la selección masculina de Nueva Zelanda) para garantizar la igualdad de ambos equipos, el deporte, el nivel y el rendimiento no han hecho más que crecer. El fútbol femenino se encuentra en una trayectoria increíble en estos momentos y creo que seguir mejorando las condiciones hará que siga creciendo el interés y la inversión en este deporte.

¿Puedes explicarnos cómo empezó tu camino en la NZPFA y qué papel desempeñas ahora en la asociación?

Tuve la suerte de ser compañera de habitación de Sarah Gregorius durante un largo periodo de mi carrera con las Ferns. Cualquiera que conozca a Sarah (actualmente directora de Política Global y Relaciones Estratégicas del Fútbol Femenino en FIFPRO) sabe lo contagiosas que son su pasión y su energía. Al enterarme de su trabajo con la NZPFA, aproveché la oportunidad para participar cuando dejó la NZPFA para dedicarse a su función en FIFPRO.

Actualmente soy la representante de la NZPFA en el comité ejecutivo de la División Asia/Oceanía, y también utilizo mis conocimientos de contable colegiada en el Comité Financiero Global de FIFPRO. Dentro de la NZPFA, mi función principal son las relaciones con las y los futbolistas, aunque somos una organización pequeña y me ocupo de distintos asuntos si es necesario.

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Anna Green

En 2018 la NZPFA logró negociar con éxito un acuerdo que garantizaba la igualdad en términos de remuneración, premios en metálico, derechos de imagen y condiciones de viaje entre la selección nacional masculina y femenina. ¿Cómo se gestó y cómo te impactó como futbolista?

Nueva Zelanda es un país acostumbrado a estar en la vanguardia de las cuestiones sociales. Veo partes de nuestra historia con verdadero orgullo, sobre todo cuando pienso en la posición del país respecto al derecho al voto de la mujer, la desnuclearización y el matrimonio homosexual, por citar solo tres ejemplos. Para nosotros, como sindicato, se trata de continuar ese legado y estar a la vanguardia del progreso de los derechos de las futbolistas. El hecho de que en 2018 pudiéramos lograr la igualdad fue un verdadero testimonio de esto y ha dado a nuestra selección nacional, en particular a las Ferns, una oportunidad para decir que merecemos lo mismo que los hombres, y si no lo estamos recibiendo, hay un compromiso claro para que nuestra federación rinda cuentas. Era la primera vez que nos reuníamos y las mujeres se sintieron realmente incluidas como parte del sindicato.

Contar con el apoyo del equipo masculino, liderado por jugadores como Chris Wood y Michael Boxall, también fue un momento especial. Esto sentó unas bases magníficas para el futuro, aunque fuera hace solo cinco años, cuando el panorama del fútbol femenino no estaba ni de lejos tan desarrollado como ahora. Desde el punto de vista social, es exactamente el tipo de postura progresista que Nueva Zelanda se enorgullece de defender y queremos servir de ejemplo en el resto del mundo, aunque no seamos una de las naciones más grandes del mundo.

Las jugadoras neozelandesas fueron algunos de los que firmaron la carta de FIFPRO a la FIFA antes de la Copa Mundial, en la que se pidió con éxito la mejora de las condiciones y la retribución. ¿Hasta qué punto te sentiste orgullosa de que las Ferns participaran y qué legado piensas que esto crea para la acción colectiva en el fútbol femenino?

Siempre me siento muy orgullosa de nuestras futbolistas cuando defienden algo en lo que creen de verdad y lo hacen en un foro público. Mientras que nuestras jugadoras tienen la seguridad de recibir un cierto porcentaje del dinero de los premios de la Copa Mundial a través de nuestro convenio colectivo, ese no es el caso de muchos otros países que jugarán en este torneo.

Una parte importante de las conversaciones de FIFPRO con la FIFA y los resultados de esa campaña giraron en torno a garantizar que el 45 % del dinero de los premios vaya directamente a las jugadoras. Se trata de un cambio radical para las futbolistas de todo el mundo y sé que es muy importante para nuestras futbolistas. Es responsabilidad de cada una de ellas contribuir al progreso del juego, no solo para sí mismas, sino para todas las jugadoras del mundo, y este planteamiento colectivo fue el ejemplo perfecto de ello. Espero que ellas vean los resultados como una prueba del poder de la acción colectiva, de que cuando se unen y defienden sus derechos pueden conseguir lo que al principio parecía imposible.