Terchoun ha ganado la liga suiza en siete ocasiones, y ha representado a la selección nacional femenina del país en 13 ocasiones, aunque no ha tenido la oportunidad de ganarse la vida como futbolista.
En lugar de renunciar al fútbol como carrera, ha iniciado una trayectoria para mejorar las condiciones económicas y de juego para la próxima generación de mujeres futbolistas.
Como Directora de Relaciones con los futbolistas del Sindicato suizo, a sus 25 años está desempeñando una función fuera del campo.
¿Cómo te dirigió tu vida como futbolista hasta tu función actual?
Comencé a jugar al fútbol porque mi padre lo hacía y, al principio, jugaba únicamente con los chicos, en el colegio. Sin embargo, con el tiempo me lo tomé más en serio y cuando comencé a jugar con otras chicas y, después, para la selección nacional, no tardé mucho en comprender que esa era mi pasión.
Alcancé el éxito con el FC Zúrich, y mi plan era ir al extranjero y jugar a nivel profesional, pues ello todavía no era posible para las mujeres en Suiza. Sin embargo, he tenido que aceptar la realidad de que, debido a diversas lesiones, no podría llevar mi carrera a ese nivel.
Durante seis meses, asumí una función de entrenamiento para chicas juveniles, y ello cambió totalmente mi enfoque hacia el fútbol femenino. Hay tanto que hacer por estas jóvenes, y deseaba dedicarme a ayudarlas: eso me condujo a mi trabajo en el sindicato suizo.