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La temporada ya ha terminado… o casi.
Durante una mañana de mayo, en un hotel de la Francia meridional, un grupo de cinco futbolistas profesionales procedentes de Italia, Bélgica, Portugal, Japón y Serbia se encuentran cara a cara.
Se muestran relajados pero comprometidos, inclinándose hacia adelante desde el borde de sus asientos, mientras algunos rayos de sol atraviesan los grandes ventanales con vistas al Mediterráneo.
Durante una mañana de mayo, en un hotel de la Francia meridional, un grupo de cinco futbolistas profesionales procedentes de Italia, Bélgica, Portugal, Japón y Serbia se encuentran cara a cara.
Se muestran relajados pero comprometidos, inclinándose hacia adelante desde el borde de sus asientos, mientras algunos rayos de sol atraviesan los grandes ventanales con vistas al Mediterráneo.
Giorgio Chiellini acaba de llegar de su victoria en la liga italiana, con el Juventus. Vincent Kompany acaba de contribuir también a que el Manchester City gane la Premier League inglesa, tras una reñidísima carrera contra el Liverpool.
El guardameta japonés Eiji Kawashima y el defensa serbio Neven Subotic se incluyen también en este grupo, junto con el portero portugués Rui Patricio.