Rikke Sevecke, de 27 años, anunció su retiro del fútbol en enero de 2024 debido a una afección cardiaca detectada en octubre de 2023. La ex defensa del Brondby, Everton y Portland Thorns, que llegó a disputar más de 50 partidos con la selección absoluta de Dinamarca, pone de relieve la necesidad de mejorar las protecciones entre las futbolistas a la hora de vigilar la salud cardiaca.
Por Rikke Sevecke
Nunca tuve ningún síntoma previo que sugiriera que vivía con una afección cardíaca. Incluso me había hecho pruebas médicas con anterioridad en mis clubes y en la selección danesa, algunas más exhaustivas que otras.
Por lo tanto, nunca he tenido problemas de corazón.
Antes del Mundial femenino y de la Eurocopa, las jugadoras tienen que someterse a pruebas para el corazón que están reguladas por los organizadores de la competición: un electrocardiograma (ECG) y una ecocardiografía (eco). En el Everton, sólo las hacíamos cada dos años.
Pero como estaba a punto de trasladarme a un club en Italia durante el verano europeo, antes del Mundial, me pidieron que me hiciera un "ECG de trabajo" o "ECG de esfuerzo", esencialmente un electrocardiograma para registrar la frecuencia y el ritmo del corazón al hacer ejercicio, ya sea en la cinta de correr o en la bicicleta. Anteriormente, sólo me había hecho un "ECG estándar" o "ECG de reposo" en posición estacionaria.
Este ECG de trabajo mostró que tenía latidos extra. Y tenía muchos.
Entonces tuve que someterme a pruebas adicionales, como una tomografía computarizada y una resonancia magnética, pero los resultados salieron bien. Mostraban un corazón normal. Incluso volví a Dinamarca, me hicieron más pruebas y también me dijeron que todo parecía estar bien.
Hay muchos factores por los que el corazón puede tener latidos extra, como ser portador de un virus, así que no hubo preocupaciones inmediatas. Me dieron el visto bueno para jugar en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda en julio de 2023, pero se acordó que me volvería a hacer las pruebas después del torneo.
Me sentí bien en el Mundial, tanto física como mentalmente. Soy buena separando mis sentimientos y, aunque el pensamiento de una afección cardíaca puede haber estado en el fondo de mi mente, estaba centrado ante todo en el fútbol. Cuando estás en un torneo, vives en una burbuja.
Después de la Copa del Mundo, en septiembre, me sometí a pruebas de nuevo en Copenhague donde mostraba latidos extra del corazón aún más de lo que era antes del torneo. Esto fue alarmante.
Tuve que hacerme un análisis de sangre y en octubre me confirmaron que tengo ARVC (miocardiopatía arritmogénica del ventrículo derecho). En el peor de los casos, puede provocar un paro cardíaco. Resulta que es algo con lo que nací.
El médico me dijo que tenía que dejar el fútbol inmediatamente. A esas alturas, yo jugaba en el Portland Thorns y sólo quedaban cuatro partidos de la temporada de la NWSL. Pregunté si al menos podía terminar la temporada estadounidense, pero me dijeron que tenía que retirarme en ese momento.
Da miedo pensar que si no hubiera decidido ir a otro club en verano y, por tanto, no me hubieran hecho un ECG de esfuerzo, no me habrían diagnosticado la cardiopatía, que podría haberse detectado cuando ya había ocurrido algo mucho peor.
Sólo me había hecho un ECG de esfuerzo antes -en 2019-, pero no hubo preocupaciones en ese momento. No fue hasta los 27 años, después de muchos ECG y ecocardiogramas estándar previos, cuando se detectó mi afección, lo que demuestra las lagunas médicas que existen actualmente en el fútbol. No soy una experta. No soy médica. Sólo sé lo que ocurrió en mi situación. Y sé que si no me hubiera hecho esa prueba, no habría sabido que tenía ARVC.
“Da miedo pensar que si no hubiera decidido ir a otro club en verano y, por tanto, no me hubieran hecho un ECG de esfuerzo, no me habrían diagnosticado la cardiopatía, que podría haberse detectado cuando ya había ocurrido algo mucho peor.”
— por Rikke Sevecke
Quiero utilizar mi historia para concientizar sobre este tema e impulsar un cambio. No deberíamos arriesgar la salud y la seguridad de los y las futbolistas en el trabajo. Por eso los ECG de esfuerzo deberían introducirse más ampliamente en el fútbol. Yo tuve la suerte de que me hicieran uno, que pudo salvarme la vida, pero ahora no todas los jugadoras tienen ese privilegio.
Recibí mucho apoyo de los sindicatos de jugadores de Inglaterra y Dinamarca. Spillerföreningen siempre se asegura de que los jugadores estén asegurados de la forma correcta y de que estén cubiertos en caso de que ocurra algo, mientras que los programas de educación de la PFA inglesa me han ayudado a prepararme para la vida después del fútbol.
Ahora mismo, estoy haciendo el El programa La Segunda Mitad y lo estoy utilizando para averiguar qué quiero hacer como próximo paso en mi carrera, al tiempo que aprendo de organizaciones y exdeportistas.
También participo en Female Invest, que ayuda a las mujeres con consejos y recomendaciones para invertir. Ahora soy embajadora de la Fundación Danesa del Corazón, donde pronto contaré mi historia, actualizaré mi curso de reanimación cardiopulmonar, participaré en visitas a hospitales y me relacionaré con pacientes que padecen afecciones cardíacas.
Echo de menos el fútbol. Echo de menos la unión. Echo de menos formar parte de un equipo. Echo de menos alcanzar un objetivo juntos. Echo de menos ganar en el campo. Como deportista, esa mentalidad ganadora no te abandona; sigo queriendo ser el mejor. Por eso, venga lo que venga, voy a seguir dando el cien por cien.
