Omphile Ramogai 1

Omphile Ramoagi: "El nuevo reglamento significa que la salud de los futbolistas es prioritaria en Botsuana"

Historias de futbolistas

Comparte esta cita

Cerrar
Omphile Ramogai 1
  • El internacional de Botsuana debió djar de jugar por seis meses tras habérsele detectado una arritmia en un examen médico de rutina

  • El Sindicato de Futbolistas de Botsuana ha logrado que sean obligatorios los controles médicos preventivos en pretemporada para proteger el bienestar de los jugadores

  • Ramoagi, de 19 años, volvió a jugar al estar recuperado: "Siento que me han dado una segunda oportunidad"

El Sindicato de Futbolistas de Botsuana (FUB) ha impulsado con éxito que se declare la obligatoriedad de realizar exámenes médicos de pretemporada y que estos se incluyan en los requisitos para la licencia de los equipos, después de que en un chequeo se hallara un posible problema cardiaco en un jugador.

FUB entró en acción tras saber que el centrocampista Omphile Ramoagi, ahora de 19 años, tenía que quejar de jugar al fútbol debido a un problema cardiaco que se había detectado durante la campaña anterior, mediante un examen médico de pretemporada, realizado por su club, el Gaborone United.

El internacional de Botsuana recibió el tratamiento médico adecuado y seis meses después recibió luz verde para jugar.

El caso de Ramoagi ilustra la importancia de llevar a cabo estos exámenes médicos con anterioridad al inicio de la temporada en Botsuana.

Cuando FUB supo que la mayoría de equipos del país no realizaban chequeos cruciales, como las pruebas de ECG –lo que significaba que los futbolistas no sabían si podían sufrir un problema cardiaco– el sindicato y la primera división del país incluyeron el examen médico obligatorio de pretemporada entre los requisitos para obtener la licencia.

Los clubes que no cumplan esta norma no podrán participar en la primera división de Botsuana y los médicos que no actúen en consecuencia perderán su licencia para la práctica profesional.

Omphile Ramoagi 3

La voz de Ramoagi

Ramoagi, que tenía 18 años cuando se sometió a su examen médico previo a la temporada, ha compartido sus experiencias con FIFPRO. Este es su testimonio:

Firmé un contrato con el Gaborone United, club de la primera división de Botsuana, cuando tenía solo 16 años. Tras jugar para los equipos nacionales Sub-17 y Sub-20, fui ascendido al equipo principal, para la copa COSAFA del año pasado.

Después de ese torneo mi club me realizó un chequeo médico antes de comenzar la nueva temporada. Era algo muy común, así que no me preocupé. Fue un chequeo rutinario y también lo había superado con el club previamente.

Pensé que no había nada de qué preocuparse. Pero en lugar de lograr el visto bueno para jugar, los médicos encontraron algunas irregularidades en los latidos de mi corazón. Tengo arritmia. Me dijeron que debía dejar de jugar y que, seis meses después, volverían a chequearme.

Esa noticia y el hecho de que no me permitieran jugar, fueron devastadores para mí y mis padres. Jugar al fútbol es lo único que sé hacer y con esa actividad ayudaba a mi familia.

Temía que tuviera que renunciar a lo que me encanta hacer, a una edad tan temprana. Todos quedamos decepcionados, pero cuando volví a casa, toda mi familia estaba allí. Me dijeron que no me derrumbara. Me animaron y me dijeron que las cosas no estaban en mi mano y que debía tener fe. Mis compañeros de equipo y el personal técnico también me enviaron mensajes de apoyo y me dijeron que no renunciara. Me aseguraron que volvería todavía más fuerte.

Omphile Ramoagi 2

Aunque fueron noticias devastadoras, no fue una sacudida total, pues los médicos de Sudáfrica me habían detectado un problema similar en el corazón después jugar en el equipo Sub-17 de Botsuana. Los médicos sudafricanos dijeron que era algo normal y que podía seguir jugando.

Pero en Botsuana me dijeron que debía dejar de jugar. El consejo fue que no debía jugar. Me dijeron que no debía realizar ninguna tarea demasiado exigente. Si iba a entrenar, debía ser de forma controlada: no debía correr demasiado ni acelerar bruscamente como ocurre en los partidos.  

Durante los seis meses en que no pude jugar entrené con la academia donde había jugado en mi adolescencia. Procuré no agotarme demasiado. Lo único que hacía era patear la pelota.

En enero –tras seis meses inactivo– volví a mi club. Me remitieron a los médicos de Sudáfrica porque pensaron que era un buen lugar para someterme a las pruebas. Afortunadamente me permitieron volver a jugar. Cuando escuché la noticia me desbordó la alegría. Los aficionados respondieron también de forma muy positiva a mi regreso. Soy uno de los jugadores más jóvenes del equipo y eso me ha ganado en parte el favor de la afición.

Omphile Ramoagi 4

No me preocupa qué pueda ocurrir otra vez. No pienso en eso cuando juego un partido, juego igual que lo hacía antes de tomarme un descanso. Me han dicho que debo ajustar mi dieta, por lo que he dejado de comer sal en exceso y algunas cosas como el queso. Tampoco bebo cafeína, sólo zumos y bebidas sin gas.

Habiendo estado sin jugar durante seis meses me tomo la vida más seriamente. Sólo te dan una oportunidad y, cuando llega y pasa y la pierdes, ya se fue. Nunca volverá. Ese es también el modo en que juego. Doy lo mejor cada vez que salgo al campo de juego.

Nunca sabes quién te está viendo. Un club podría estar observándome. Mi sueño es jugar fuera de Botsuana y tengo que estar preparado para cuando llegue esa oportunidad. Siento que me han dado una segunda oportunidad y quiero aprovecharla al máximo.

Es positivo saber que, gracias al sindicato, los exámenes médicos antes de temporada son ahora obligatorios. Cambiar el reglamento significa que la salud de los futbolistas es prioritaria, y eso nos satisface como futbolistas.