La situación empeoró durante el confinamiento, pues siete clubes atravesaban una situación “realmente compleja”, dejando a deber a sus futbolistas hasta 6 meses de salarios, y algunos futbolistas se enfrentaban a un posible desahucio. Así lo asegura el secretario general del sindicato de futbolistas de Botsuana (FUB), Kgosana Masaseng. En este contexto, el sindicato apoyó a los futbolistas con la provisión de alimentos. De hecho, FUB distribuyó alimentos a futbolistas de siete clubes, así como a 50 mujeres futbolistas; además, solicitó ayuda gubernamental y, gracias a ello, el gobierno del país estableció un fondo para futbolistas en situación problemática.
Muchos futbolistas tuvieron dificultades para adquirir alimentos, pues la población únicamente podía salir de casa con un permiso especial. “Se estaban quedando sin provisiones, por lo que los jugadores solicitaron cestas de alimentos. No querían dinero”, afirma Masaseng. “Durante dos meses les estuvimos suministrando alimentos.”