Este es el caso de un futbolista que se incorporó a un club extranjero. Luego de apenas un mes el club pretendió que rescindiera su contrato. Cuando se negó, lo presionó con medidas injustas y abusivas. El jugador mantuvo su postura, obtuvo lo que le pertenecía legalmente y ahora desea compartir su experiencia de manera anónima, con tal de ayudar a otros futbolistas.
Firmé un contrato de dos años con este club en 2021. El entrenador había dicho que me quería en el equipo. Me gustó lo que me dijo: el club tenía ambiciones, quería ser campeón.
También pasé algunos chequeos médicos. Conocí a algunos jugadores del equipo que habían jugado allí durante dos años. Nunca tuvieron problemas.
También quería descubrir algo diferente: un nuevo país, una ciudad que parecía agradable.
El primer mes jugué la mayoría de partidos, pero después el entrenador tuvo problemas y, el día en que le despidieron, me dijeron que tenía que dejar el club.
El club nombró un técnico nuevo que no me quería en el equipo. Querían que aceptara rescindir mi contrato bajo condiciones abusivas, sin ninguna indemnización, pese a que me era imposible encontrar un nuevo club tan rápido.
Era a finales de agosto y el periodo de transferencias se cerraba en un plazo de tres días. Comuniqué al club que no podría encontrar otro club tan rápido. Además mi familia acababa de llegar.
Pero el club fue tajante: es mejor para ti que te vayas. El nuevo entrenador no te dejará jugar y no te pagaremos. No vas a entrenar con el primer equipo, entrenarás solo.
Respondí: pueden hacer lo que quieran pero no voy a irme e intentaré obtener un puesto en el equipo. Soy un luchador.
Otros tres futbolistas estaban en la misma situación. Tuvimos que entrenar separados del primer equipo aunque durante el mismo horario. Íbamos al gimnasio o teníamos que correr y a veces no hacíamos nada.
El club tampoco me pagó. Querían que firmara un documento, diciéndome que me pagarían el salario cuando firmara y que estaría incumpliendo mi contrato si no lo hacía.
No me fiaba de ellos así que no firmé. Simplemente me estaban presionando.
Me pagaron ocasionalmente para evitar que pudiera rescindir el contrato de trabajo con causa justificada y acudiera a la Cámara de Resolución de Disputas de la FIFA por su incumplimiento de contrato.
Siguieron pidiéndome que rescindiera mi contrato, a veces todos los días.
Entrenar en solitario es difícil. Cuando firmas un contrato esperas entrenar y jugar con el equipo. Pero ahora entrenaba individualmente. No podía jugar ningún partido, ni siquiera en el segundo equipo.
Mi agente verdaderamente no podía ayudarme , así que después de algunos meses contacté con mi sindicato y trabajamos conjuntamente con el Departamento Jurídico de FIFPRO. Fue positivo. Estuvieron conmigo y, para ser honesto, creo que las cosas hubieran terminado muy mal sin su apoyo.
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Mientras tanto, el club intentó algo nuevo para desmoralizarme. Querían que me sometiera a exámenes médicos. Sabía que tenían malas intenciones y mi sindicato y FIFPRO me aconsejaron que organizara pruebas independientes extra, siempre que el club deseara someterme a un chequeo. A veces incluso me sometí a dos chequeos extra cuando estaba con la selección nacional.
Según el club, las pruebas mostraban que algo iba mal en mi corazón, en mi organismo. Sin embargo, cuando me ficharon un par de meses antes, pasé un chequeo médico de cinco horas y todo salió bien. Pero siempre podía mostrar los resultados de los otros test a los que me había sometido por mi cuenta, los cuales demostraban que gozaba de plena salud.
Durante el periodo de transferencias de enero de 2022, algunos clubes quisieron ficharme tras verme jugar para mi selección nacional. Creían que podían ficharme sin costo pero mi club exigía un monto de dinero por transferencia.
Increíble: durante cuatro meses habían intentado obligarme a rescindir mi contrato. Ahora, cuando tenía posibilidad de irme, se negaban a cooperar porque exigían dinero. Ninguno de los otros clubes quería pagar un monto por transferencia por lo que no pude irme del club. Y un día, después de cerrarse el periodo de transferencias, el club me solicitó de nuevo que acordara rescindir mi contrato bajo condiciones inaceptables, especialmente porque quedaría sin empleo hasta al menos el siguiente periodo de transferencias.
En ese momento quise poner fin a mi carrera. Me sentía como en una prisión porque preveía que todo se mantendría igual durante el siguiente periodo de transferencias. Y resultó ser cierto porque ocurrió lo mismo.
Ese verano fue el periodo más difícil. Tenían que pagarme salarios atrasados y mi alquiler, pero no me dieron nada. Estaba cansado y pensé en rescindir mi contrato con tal de quedar libre. Pero no podía hacer eso. Entonces me enfrentaría a un largo procedimiento judicial y otros clubes dudarían en ficharme, debido a la responsabilidad conjunta que establece el Reglamento de la FIFA sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores, y a las complicaciones adicionales para obtener el Certificado de Transferencia Internacional.
Luché durante un año para obtener lo que me pertenecía legalmente sin mostrar ninguna debilidad pero fue duro. Todo este tiempo no he hablado con mi familia acerca de la situación. No podía. La gente me preguntaba por qué no jugaba y yo decía que era decisión del entrenador. Es mi personalidad: tengo que ser fuerte.
Solo podía hablar sobre el tema con mi sindicato y con FIFPRO. Prometieron que encontraríamos una solución adecuada y eso me dio fuerzas para seguir.
Cuando el periodo de transferencias estival de 2022 estaba a punto de concluir, solucionamos el problema. Dijimos al club que, hicieran lo que hicieran, yo no iba a moverme. Entonces el club, que también se había cansado de mí, entabló una negociación para rescindir conjuntamente el contrato bajo términos aceptables. Finalmente conseguí un acuerdo justo para compensar el hecho de haber estado desempleado durante algunos meses.
Nunca en mi vida imaginé lo que ocurrió. Fue como una película. Si hubiera contado esto a alguien, esa persona hubiera creído que le estaba mintiendo.
Mi consejo a los futbolistas es: encuentra a alguien que pueda ayudarte en estas situaciones complejas. He conocido a mucha gente en el fútbol –agentes, entrenadores– pero mi sindicato y el Departamento Jurídico de FIFPRO fueron las personas más importantes que he conocido en el fútbol profesional. Siempre están ahí y me han dado la energía para continuar. Se trataba de mi seguridad y mi familia, que son más importantes que el fútbol.