En 2019, Alex Aso firmó su primer contrato profesional con el Inter Allies en la primera división ghanesa. Dos años más tarde, el extremo derecho se había afianzado en el equipo y jugaba con regularidad, a pesar de ser uno de los jugadores más jóvenes de la plantilla. Sin embargo, el equipo tuvo un momento flojo en la temporada 2020/21 y descendió cuando faltaban partidos.
En su último partido de la temporada, el Inter Allies fue derrotado por 7 goles a 0 por el Ashanti Gold y el resultado llevó a la Federación Ghanesa de Fútbol (GFA) a iniciar una investigación sobre el amaño de partidos. En mayo de 2022, la GFA suspendió a los 28 jugadores implicados en el partido por periodos de entre dos y cuatro años. Aso fue uno de ellos y fue suspendido durante 24 meses.
La Asociación de Futbolistas Profesionales de Ghana (PFAG) y FIFPRO apoyaron a 21 de los jugadores en el recurso presentado ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD), tras analizar las pruebas del expediente y concluir que se habían violado los derechos procesales de los jugadores y que no había ni una sola prueba que apoyase su implicación en ningún amaño de partidos.
En agosto de este año, el TAD admitió el recurso de los sindicatos y anuló las suspensiones de los jugadores. Aso fue uno de los jugadores cuya suspensión fue anulada.
Por Alex Aso
Una semana después del partido, nos informaron de que se había ordenado investigar a todos los jugadores y directivos. Para mí fue un varapalo porque no sabía a qué se debía. Me llamaron para que me presentara en las oficinas de la GFA para una audiencia con el comité disciplinario.
Fui con el abogado de nuestro club. Fue una experiencia aterradora. Luego no supimos nada del tema durante un tiempo, para después de enterarme por las redes sociales de que prácticamente todos los futbolistas habían sido suspendidos durante mucho tiempo y que yo era uno de ellos.
Al día siguiente recurrimos a la Comisión de Apelación de la GFA. Luego tuvimos que esperar casi un mes hasta que nos dijeron que se habían desestimado nuestros recursos.
Sabía que se equivocaban al suspenderme, pero no sabía qué hacer. Estaba desesperado. Durante mes y medio me encerré en casa con depresión. Sentía que no podía ir con mi familia porque estaba muy desconcertado, así que me quedé con uno de mis amigos cercanos del Ideal College en Accra. Durante ese tiempo, empecé a acercarme más a Dios. Rezarle a Dios para que me viera en ese momento de mi vida me dio fuerza porque estaba convencido de que solo Dios podía ayudarme en esos momentos difíciles.
Lo que empeoró las cosas —por si fuera poco— es que no tengo más aptitudes aparte de jugar a fútbol. Llevo toda mi vida jugando al fútbol. Encontré un trabajito en un lavadero de coches. Limpiaba autos y me daban una comisión según la cantidad que limpiara. Lo hice durante unas semanas antes de dejarlo. Luego encontré un trabajo en un servicio de lavandería en Accra. Por aquel momento, había abandonado mi carrera futbolística porque creí que no iba a volver.
Uno de mis compañeros de equipo me dijo entonces que le había dado mi número de teléfono a la Asociación de Futbolistas Profesionales de Ghana (PFAG) y que decían que intentarían ayudarnos. Me daba mucho miedo no poder volver nunca al fútbol. Pero la PFAG dijo que llevarían el asunto al Tribunal de Arbitraje Deportivo, que está en Suiza.
Lo primero que hicieron fue pedir al TAD que levantara temporalmente la suspensión para permitirnos jugar. Dijeron que sufriríamos un daño irreparable si se mantenía nuestra suspensión mientras se decidía sobre nuestro recurso. Dijeron que si no podíamos entrenar o jugar durante ese tiempo, nuestras carreras se verían gravemente afectadas.
Le dijimos al TAD que si no podíamos jugar durante un periodo de tiempo considerable, nuestro medio de vida se vería afectado ya que el fútbol era nuestra principal fuente de ingresos. Y el tiempo que perdiéramos nunca lo podríamos recuperar, ni desde un punto financiero ni deportivo.
Una carrera futbolística es muy corta, así que perder varios meses es mucho tiempo. Además, estaba el tema de la inscripción, ya que el plazo era el 22 de septiembre y si nuestras suspensiones se levantaran después de esa fecha, perderíamos toda la temporada.
En agosto de 2022, el TAD dijo que podíamos volver a jugar al fútbol mientras se decidía sobre nuestro recurso al tribunal. Después de ganar el primer caso, empecé a tener confianza porque el sindicato también avivó nuestras esperanzas con un apoyo permanente. Cuando recibimos la noticia fue un momento de gran alegría. No nos lo esperábamos.
Pude reanudar mi carrera. Firmé primero con el Legon Cities y esta temporada estoy con el Bibiani Gold Stars.
Hace unos meses, el Tribunal de Arbitraje Deportivo dictaminó a nuestro favor. Dijeron que el GFA se había equivocado al suspendernos. La sensación que tuve cuando oí la noticia es difícil de describir. Probablemente es como si a alguien le condenan a cadena perpetua y un mes o un año después lo liberan. Cuando supe que podría continuar mi carrera sobre el terreno de juego sentí la mayor alegría y felicidad de mi vida.
Lo único que quería era saber que podría jugar sin ninguna restricción. Antes de la segunda sentencia, siempre jugaba sabiendo que podría terminar en cualquier momento.
Creo que sin el apoyo, el sacrificio y el tiempo del sindicato, la mayoría de los jugadores implicados en este caso probablemente habrían abandonado su carrera. Así que debemos darles las gracias y todo el reconocimiento por sus ánimos y su apoyo continuo. El papel que desempeñaron en este caso fue absolutamente vital.
