Sanne Troelsgaard

Sanne Troelsgaard: "El embarazo es el comienzo de algo hermoso, no el final de tu carrera"

Historias de futbolistas

Comparte esta cita

Cerrar
Sanne Troelsgaard
Sanne Troelsgaard
Sobre

Sanne Troelsgaard

La centrocampista danesa (34 años) se incorporó en 2021 al Reading, equipo de la Superliga Femenina inglesa. Juega desde 2008 en la selección de Dinamarca, donde suma más de 170 partidos.

Cuanto tenía 25 años empecé a darme cuenta de que nunca iba a ser futbolista y madre al mismo tiempo. Creía que tendría que esperar a que finalizara mi carrera.  

A veces me sorprendo a mí misma pensando en lo que podría haber sido. Si las normas en materia de maternidad hubieran avanzado antes, si hubiera habido más jugadoras con hijos cuando yo era más joven, quizás podría haber sido madre, incluso de más de un niño.  

Todavía tengo la esperanza de que la maternidad forme parte de mi futuro, pero sé que nunca seré la futbolista que celebre una victoria con sus hijos sobre el campo. Fue una decisión que sentía debía tomar.  

Pero, si se presta atención a cualquier final femenina, se observa que no hay ni de lejos la misma cantidad de madres jugadoras que lo que se ven padres jugadores en un partido masculino.  No fui sólo yo la que tuve que decidir.  

Por suerte el panorama está empezando a cambiar. Hay más ejemplos de jugadoras que dan a luz e incluso en ocasiones vuelven mejores a jugar, con mayor atención y determinación. Si hubiera visto hace cinco años cómo volvió de su embarazo mi compañera de equipo Emma Mukandi, no habría tenido dudas de que yo podría haber transitado su mismo camino. Se ha fortalecido cada vez más. Me siento muy orgullosa de jugar con una futbolista y madre tan maravillosa.  

Sin embargo ahora tengo 34 años y, si tuviera que tomarme el tiempo alejada de los campos de juego que es necesario para tener un hijo, me costaría tomar el impulso necesario para volver a mi máximo nivel. El problema es que, cuando tenía la edad en que podría haberlo logrado, no había Emmas. No había apoyo para las futbolistas embarazadas y menos aún para jugadoras con hijos. No me parecía una ruta viable para mí. Me pareció que no tenía elección. Y escogí el fútbol.  

Mi decisión llegó a un punto crucial cuando mi gemela idéntica me dijo que estaba embarazada. Que yo recuerde hemos seguido el mismo camino en la vida: con Lotte asistimos a las mismas clases, alcanzamos nuestros sueños de ser futbolistas profesionales e incluso tenemos la misma formación como profesoras. Siempre quisimos tener familia y ese punto fue el que nos puso en la encrucijada y el que nos vería tomar caminos distintos por primera vez en nuestra vida. No fue una decisión fácil para ninguna de las dos.  

Seis meses después de que Lotte tuviera a su hija vino a verme jugar para la selección nacional. Creo que fue entonces cuando se dio cuenta de lo mucho que extrañaba el fútbol como parte de su vida, mientras yo estaba en el campo deseando un hijo como el que ella tenía en sus brazos.

Al final ninguna de nosotras lamenta su decisión. Por mucho que quiera a mi sobrina sé que no estoy preparada para dejar el fútbol: es mi vida y no podría estar sin él. Y mi hermana, por más que eche de menos el juego, nunca podría imaginar la vida sin su hija. Creo que ambas lamentamos que tuviéramos que tomar una decisión en primer lugar.  

Poner mi carrera por encima de la maternidad fue una elección difícil y ha repercutido en mi vida en más modos que en la ausencia de hijos. La decisión de traer otra vida al mundo no es solo mía, sino del compañero con el que escoja hacerlo. He tenido algunas relaciones en las que mi necesidad de esperar fue demasiado para ellos y, aunque lo entiendo, eso no lo hace menos doloroso.  

Quizás el hecho de que no pudieran comprender por qué tenía primero que cerrar esta etapa de mi vida muestra que no eran adecuados para mí. Pero es difícil dejar de pensar en lo que podría haber sido si hubiera tenido una carrera ‘normal’, o incluso la seguridad cuando era más joven para dar ese paso con ellos. Además, con algunos más jugando en el primer nivel, no existe garantía de que vaya a aparecer a tiempo la persona correcta para asumir ese viaje conmigo, lo que sin duda suma más ansiedad.  

Aunque no puedo dar ejemplo, quiero alentar a las futbolistas más jóvenes de hoy en día a tenerlo todo. Pertenezco a una generación que no hablaba del embarazo en el fútbol. Era un tabú que ponía fin a la carrera, con las compañeras de equipo ocultando su deseo de ser madres o aplazando la decisión o, como hice yo, dejando de jugar el día que anunciaban su embarazo, como hizo mi hermana.  

Sanne Troelsgaard 2
Sanne Troelsgaard 3
Sanne Troelsgaard 5Jpg

Sí, ahora tenemos ejemplos, pero todavía debe hablarse más sobre la maternidad en los vestuarios, con el equipo médico y en nuestros contratos. Queda todavía tanto trabajo por hacer: ampliaciones de contrato para futbolistas que pudieran llegar al final de su vínculo vigente durante su embarazo o permiso por maternidad; garantías de cuidado y entrenamiento adecuados antes y después del nacimiento; disponibilidad de servicios extra, como los de una niñera; en definitiva, todo lo que pueda ayudar a las mujeres a adaptarse a su nuevo papel dual como madres y jugadoras.  

Incluso con todo eso, algunas mujeres podrían desear esperar hasta dejar de estar activas y esa es una decisión que debe también tenerse en cuenta. Comencé a tratarme con un especialista médico para ver cuáles eran mis posibilidades de quedarme embarazada en los próximos años y, afortunadamente, recibí una opinión positiva, que me ayudó a orientar mi decisión de seguir jugando. En nuestra línea de trabajo, es una importante seguridad que debe ofrecerse a todas las jugadoras que están planificando sus familias en relación a sus carreras; ya sea que eso signifique esperar hasta que hayan colgado las botas, o comenzar antes para asegurarse de tener tiempo de regresar y disfrutar los años cumbre como futbolistas.  

Ojalá esos debates hubieran tenido lugar cuando tenía 25 años, antes de tomar esa decisión tan importante, que espero que ninguna jugadora se vea obligada a tomar en el futuro. Si alguien me hubiera dicho entonces que yo podía volver al juego, que podía tenerlo todo, creo que hubiera escuchado y aprovechado la oportunidad.  

El embarazo es el comienzo de algo hermoso y nunca debe considerarse como el final del trabajo de tu vida. Aunque la oportunidad de alzar a mi propio hijo sobre el campo de juego cuando celebre la cumbre de mi carrera atlética ha pasado ya, estoy decidida a que, con el tiempo, muchas más mujeres realicen su vuelta de honor acompañadas por sus propios hijos.

Sara Bjork Gunnarsdottir’s maternity case shows all players need protection – even those at high-profile clubs