FIFPRO ha tomado nota con sorpresa de las decisiones adoptadas hoy por el Consejo de la FIFA en relación con los calendarios de partidos internacionales para el fútbol masculino y femenino, que podrían tener graves consecuencias y agravar la presión sobre el bienestar y el empleo de los y las futbolistas.
A pesar del entendimiento al que FIFPRO llegó con la FIFA la semana pasada, según el cual se llevaría a cabo una negociación conjunta del calendario internacional de partidos (IMC, por sus siglas en inglés) antes del Congreso de la FIFA de marzo de 2023, estas decisiones se han tomado unilateralmente sin consultar seriamente, y mucho menos acordar, con los futbolistas.
Los anuncios de hoy de un nuevo formato para la Copa Mundial de Clubes a partir de 2025, nuevos principios para el IMC masculino y femenino después de 2024 y 2023 respectivamente, incluida la "prórroga" del actual IMC femenino hasta 2024/25, que causará una grave congestión durante el año de competición olímpica, han creado nuevas condiciones, que aumentan aún más la presión sobre la carga de trabajo de los y las futbolistas y su empleo.
Una vez más, las decisiones de ampliar las competiciones sin aplicar las garantías apropiadas son de corto alcance y no prestan atención a la salud y el rendimiento de los jugadores. Esta decisión demuestra una vez más que las principales partes interesadas del juego no participan adecuadamente en la toma de decisiones del fútbol, ni siquiera cuando se trata del núcleo de sus derechos fundamentales.
Esperamos que la FIFA cumpla el compromiso de negociación recientemente acordado y respete que, a pesar de estos anuncios de hoy, las garantías de los y las futbolistas y la seguridad del empleo se vean reforzadas, y no debilitadas, en los calendarios de partidos que deben acordarse.
FIFPRO también inició recientemente negociaciones con la World League Forum sobre la armonización del calendario de partidos con las protecciones sanitarias obligatorias para los futbolistas en virtud de nuestro Acuerdo Laboral Global conjunto. Las normas acordadas entre empresarios y trabajadores, que ya existen en muchos convenios colectivos nacionales, deben protegerse y no pueden infringirse mediante la ampliación unilateral de las competiciones.
