Vanina Correa Argentina 6

Vanina Correa: “El premio del Mundial es un avance para lo que queremos lograr”

Historias de futbolistas

Comparte esta cita

Cerrar
Vanina Correa Argentina 6

Cuando se cumple un año de la Copa Mundial Femenina 2023, jugadoras de todo el mundo explican cómo la mejora de las condiciones y los premios en metálico del torneo cambiaron el fútbol femenino internacional, y por qué las futbolistas y los sindicatos deberían presionar por la igualdad en la Copa Mundial Femenina 2027. Vanina Correa, capitana de Argentina en 2023 y participante en cuatro Mundiales, debutante en 2023, comparte sus opiniones.

Por Vanina Correa

Un Mundial para mí es todo. Es trabajo, esfuerzo, sacrificio. Tuve la suerte de estar en cuatro y puedo decir que, cuando empezás a trabajarlo para poder estar presente, te lleva mucho tiempo, mucha dedicación. No es sólo un esfuerzo personal. Tengo dos niños de 10 años, mis mellizos Romeo y Luna. Y para ellos también es un esfuerzo porque le dedicas tanto tiempo al fútbol que es poco el que pasas en casa con ellos.

Pero sí, un Mundial es todo. Guardo recuerdos en las paredes de mi casa. Tengo enmarcados en un cuadro los guantes del día que, a solo un par de semanas de cumplir 40 años, jugué mi último partido mundialista contra Suecia en Australia/Nueva Zelanda 2023. En otra pared colgué la camiseta que usé y la medalla de bronce que ganamos en la Copa América 2022, que se hizo en Colombia. Gracias a ese tercer puesto pudimos estar presentes en Oceanía. Y también me quedé con un souvenir de un partido que para mí marcó un antes y un después: el buzo de la tarde contra Inglaterra en Francia 2019, cuando le atajé un penal a Nikita Parris y me eligieron mejor jugadora. ¡Yo quise lavarlo y no me dejaron! Está colgado así como llegó.

Mi primer Mundial fue en 2003 y puedo decir que todos fueron diferentes. Quizás en aquel momento una no se daba cuenta de cómo eran las condiciones en las que se hacían porque no eran buenas las que teníamos jugando en Argentina. Entonces estando en un Mundial a una le parecía todo impresionante, todo nuevo. Eso hacía que una no viese las cosas que quizás faltaban.

Desde aquel torneo en Estados Unidos hasta el último en Australia y Nueva Zelanda siempre fueron mejorando las condiciones en cuanto a la competición. En Francia 2019, que fue un Mundial muy especial para nosotras, un boom porque Argentina volvió a jugar uno después de 12 años de ausencias, vivimos una gran experiencia: viajamos en primera clase desde Buenos Aires a Europa, disfrutamos buenas canchas, buen hotel, buena comida. Fue muy importante lo que se vivió pero fue aún mucho mejor en Australia y Nueva Zelanda.

Ya hablaré del premio recibido pero, por no centrarme ahora en el tema económico, quiero contar la gran vivencia que tuvimos hace un año. Para empezar el vuelo desde Argentina hasta Nueva Zelanda es de muchísimas horas. Alguna vez me tocó hacer un viaje similar pero viajando en clase turista y llegás destruida. Volar en primera tiene otro condimento. Yo soy grandota, mido 1,80m y se siente mucho la diferencia de viajar cómoda, de poder estirar las piernas.

Estando allá hubo varias cosas que me sorprendieron mucho. Las instalaciones por ejemplo. Siempre pudimos descansar perfectamente en los lugares a los que fuimos. También las canchas tan buenas que tuvimos para entrenar, la comodidad de los vestuarios. Es muy importante tener un campo de entrenamiento acorde porque tal vez, al tener tan poco tiempo de recuperación entre partido y partido, más una cancha que no esté en buenas condiciones, te crea dificultades por el tema de las lesiones. Sos más propensa a lesionarte si la cancha no está buena.

Otra cosa que recuerdo muy bien son los recorridos internos que tuvimos que hacer. Nosotras jugamos sólo en Nueva Zelanda pero en tres ciudades diferentes: Auckland, Hamilton y Dunedin. Todas las veces que nos tocó cambiar de sede, lo hicimos muy cómodas. Hay veces que ese traslado se complica, pero fue todo de primer nivel ¡Lo único que sufrí fue el frío! No me gusta nada y lo he sentido un montón.

En cuanto al premio económico, las restricciones cambiarias que existen en Argentina hicieron que lo que ganamos se devaluara bastante, pero es un dinero que hemos recibido y que a nosotras nos suma. En el fútbol acá en Argentina todavía hay salarios muy bajos, pasa también en Sudamérica en general. Entonces quizás una jugadora al recibir este premio puede tener la tranquilidad de sostenerse un poco en el tiempo, de no estar tan apretada. Fue como un poco de aire para nosotras.

Más allá de esto que nos pasó con el monto, relacionado a decisiones gubernamentales en nuestro país, que la FIFA haya puesto un premio exclusivo sólo por participar de un Mundial femenino no sé si llamarlo un logro, pero sí es un avance sabiendo que el desarrollo del fútbol hoy en algunos países está por debajo, que es dificultoso sostenerlo tanto como para los clubes como para las asociaciones por situaciones económicas difíciles. Para la jugadora, saber que tendrá un premio asegurado es súper importante. Es un incentivo extra para querer estar en un Mundial.

Argentina 2019
Vanina Correa posa con sus compañeras previo a un partido de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023
Vanina Correa Argentina 4
Vanina Correa ataja un penal ante Inglaterra en la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2019
Vanina Correa Argentina 2
Vanina Correa, en la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023
Vanina Correa Argentina 3
Vanina Correa, en la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2007

Me parece un avance para lo que queremos lograr, que es que se empiecen a equiparar esas distancias tan grandes que existen con el fútbol masculino. Y no pasa por lo que se escucha siempre porque sabemos lo que genera uno y otro, pero sí por la igualdad de condiciones, por la igualdad de trabajo.

Digo que no es un logro sino un avance porque hay que seguir dando pasitos en el fútbol femenino para que llegue al lugar donde tiene que estar. Dar grandes pasos quizás es contraproducente, pero sí pasitos continuos para que siga creciendo.

Un gran punto de partida fue juntarse en 2022 y hacer un mismo reclamo para mejorar las condiciones, saber que todas las selecciones compartían el mismo pensamiento de querer mejorar el fútbol femenino desde el lugar que le tocara. La unión siempre es fuerte y ha sido importantísima. Hay futbolistas que tienen mejores condiciones que las que tenemos nosotras en este lado del mundo pero no por eso miran para otro lado. Están siempre acompañando o cerca. Que te llamen futbolistas de primer nivel para que te sientes a charlar sobre mejorar las condiciones genera un ambiente, muchas cosas positivas para seguir trabajando.

Yo siempre hablo del desarrollo del fútbol femenino y ese desarrollo son las nenas. Quizás nosotras las más grandes dimos el empujoncito, pusimos la cara y el pecho, pero el verdadero desarrollo son las infantiles, las juveniles. Ahí es donde las asociaciones deben apuntar para poder alimentar sus selecciones nacionales, sus clubes con un torneo propio competitivo. Claro que mientras tanto, también tienen que formar una selección competitiva.

“Un gran punto de partida fue juntarse en 2022 y hacer un mismo reclamo para mejorar las condiciones. La unión siempre es fuerte y ha sido importantísima.”

— por Vanina Correa

Entiendo que cada asociación tiene una realidad económica diferente pero en Sudamérica, por ejemplo, hay países que no se clasifican al Mundial y no compiten en cuatro años. Son cuatro años de vacío. ¿Cómo hacés para tener opciones de clasificar a un Mundial? Así el desarrollo del fútbol en ese país se atrasa. En ese sentido hay que dedicarle más recursos al desarrollo del fútbol para que sea más parejo con las potencias.

Lo cierto es que ese crecimiento no lo veré como jugadora. Hace pocas semanas me retiré del fútbol profesional. Era algo que venía trabajando, pensando. Por momentos es difícil, después de tantos años de tener una rutina marcada se siente un poco ese vacío, aunque le dedico mucho tiempo a mis hijos. ¡Estoy ocupada todo el día! Van a la  escuela, los llevamos a hacer un curso de inglés, tienen fútbol y hockey...

Estoy en paz con la decisión. Quería irme bien, compitiendo. No que me abriesen la puerta y me empujaran a irme. Trabajé durante un buen tiempo el retiro en mi cabeza para elegir cuándo irme. Y este era el mejor momento.