Maheta Molango ATB

Maheta Molango: "FIFPRO es más poderoso cuando utiliza mejor la voz de los futbolistas"

Noticias

Comparte esta cita

Cerrar
Maheta Molango ATB

FIFPRO presentó un nuevo Comité Ejecutivo compuesto por 18 miembros durante su Asamblea General, celebrada en noviembre del año pasado. El flamante Comité Ejecutivo, el más diverso en los 56 años de historia del sindicato mundial de futbolistas, incluye a siete recién llegados.

En nuestra serie quincenal “Across the Board” presentamos a los 18 miembros del Comité Ejecutivo. Esta vez, hablamos con Maheta Molango, director ejecutivo del Sindicato de Futbolistas Profesionales de Inglaterra, que en enero se incorporó al Comité Ejecutivo en sustitución de Bobby Barnes.

Mahetha Molango

  • Director ejecutivo del Sindicato de Futbolistas Profesionales de Inglaterra PFA) desde 2021
  • Miembro del Comité Ejecutivo de FIFPRO desde enero de 2023
  • Director ejecutivo del Real Mallorca
  • Socio del bufete de abogados Baker McKenzie, en Madrid
  • Titulado en Derecho, Ciencias Políticas y Derecho Político por la Universidad de Madrid
  • Abogado cualificado con práctica en Nueva York
  • Futbolista profesional en España, Alemania, Inglaterra y Gales

Felicitaciones por tu nuevo puesto, Maheta. ¿Puedes contarnos algo acerca de tu trayectoria anterior?

Mi trayectoria ha sido algo inusual. Crecí en Suiza y cuando ganamos el campeonato Sub-19 con el FC Biel-Bienne, me llamaron del Atlético de Madrid. Me quedé en su cantera y después fui a jugar a Alemania e Inglaterra. Al mismo tiempo que estaba jugando estudié Derecho y Ciencias Políticas y obtuve ambas titulaciones. Cuando dejé de jugar, me incorporé al estudio de abogados Baker McKenzie, de Madrid, donde impulsé la creación de un departamento deportivo centrado en el asesoramiento a deportistas: futbolistas, agentes, federaciones, clubes e inversores.

He codirigido ese departamento y en esa función he trabajado también como asesor jurídico para el Atlético de Madrid, antes de que uno de mis clientes en Baker McKenzie decidiera adquirir un club en España, siguiendo nuestras recomendaciones, y me pidió que aceptara el puesto de gerente general en el Real Mallorca. Tuvimos un comienzo difícil porque el Mallorca había sido relegado a tercera división. Pero durante los dos años siguientes volvimos a ascender, llegando hasta La Liga, una verdadera hazaña. Y entonces surgió la oportunidad de incorporarme a la PFA.

Para mí y mi familia el fútbol nunca fue el plan. Fue siempre una cuestión de estudiar y obtener el denominado “trabajo decente”. Mi mayor reto era compaginar la competición a alto nivel y estudiar en la universidad. Al volver de los partidos tenía que preparar los exámenes, mientras que todos los demás jugaban al póker o escuchaban música en el autocar. Pero tenía la determinación así que no fue tan pesado como puede parecer ahora.

En mi carrera futbolística he experimentado dificultades con el fútbol y su naturaleza implacable: salir de la alineación titular, tener un contrato pero que el club diga que no cuentan contigo, verte obligado a entrenar en solitario, ser enviado a una prueba y que el nuevo club te diga que no sabía que ibas, no tener allí a tu agente en los momentos difíciles... Sé que a veces los futbolistas necesitan que alguien se juegue el pellejo para defenderles. En el fútbol observas conductas que en un trabajo normal no se tolerarían, pero en el fútbol se aceptan de algún modo. La gente cree que porque juegas al fútbol y te pagan bien eres como un robot invencible y eso no es así. Muchos jugadores afrontan ese problema.

Maheta Molango

¿Qué logros con la PFA son especiales para ti?

Uno de mis objetivos fue garantizar que la PFA no se basara en lo que yo creo que es lo correcto, sino en lo que los jugadores esperan de nosotros. Comencé a visitar tantos clubes como pude, empezando con la Premier League y con la Superliga femenina, descendiendo por las diversas divisiones. La semana pasada estuve en el Wycombe Wanderers, en la League One. Allí me di cuenta de que los futbolistas de las cinco ligas afrontan problemas similares. Aunque la gente cree que la Premier League tiene mucho éxito y que todo está bien, la realidad es que muchos de esos jugadores afrontan muchas dificultades, como problemas con los clubes, los agentes y las autoridades fiscales.

Comprendí también que el fútbol y la sociedad han evolucionado en cuanto al tipo de cuestiones que incumben a los jugadores de hoy en día. Por ejemplo, ves a muchos jugadores que muestra gran interés en la sostenibilidad y el cambio climático. Es una generalización que desea asociarse con determinados valores y si van a un lugar donde no hay ningún tipo de concordancia con sus valores, pierden interés. La gente parece estar más impulsada por el valor o la finalidad, en lugar de por la carrera o la economía. Ello requiere que, como sindicato, nos aseguremos de que, en última instancia, no hagamos lo que pensamos que es lo correcto, sino lo que los jugadores esperan que hagamos. Debemos convertirnos en una plataforma desde la que impulsar su voz.

Maheta Molango

¿Qué te animó a convertirte en miembro del Comité Ejecutivo de FIFPRO?

Tengo dos razones. La primera es el reconocimiento de que diversas cuestiones clave que afectan a nuestros miembros pueden solventarse únicamente a nivel internacional, como el calendario de partidos y la futura gobernanza del fútbol internacional. La segunda, tenemos la responsabilidad hacia FIFPRO y los demás sindicatos de aprovechar el poder que Inglaterra y la PFA pueden tener en esos debates internacionales. Casi el 20 por ciento de los futbolistas que participaron en la Copa Mundial del año pasado juegan en clubes de Inglaterra y el 65 por ciento de los futbolistas de la Premier League son extranjeros. Pueden ver el valor de nuestro sindicato, volver a sus respectivos países y apoyar a sus sindicatos locales. Podemos ayudar a fortalecer todos esos sindicatos.

¿Cuál es tu visión para FIFPRO?

Creo firmemente que FIFPRO tiene un gran rol que desempeñar en los debates internacionales y debe jugar un papel todavía mayor. Lo que hemos aprendido durante la pandemia de Covid-19 es que sin los jugadores no existe el juego. La gente se ha dado cuenta de la importancia que tienen los futbolistas. Ellos mismos comprenden que tienen una voz sólida y que pueden impulsar un cambio tangible trabajando juntos. Tenemos una gran oportunidad cuando hacemos que los jugadores comprendan mejor lo que FIFPRO puede hacer y lo que está haciendo por ellos. Obtener el apoyo para nuestra causa por parte de algunos líderes intelectuales y emplear su voz de la mejor manera posible para crear influencia, para garantizar que tengamos más fortaleza en la mesa de negociación.

Es un momento crucial en la historia del fútbol, en que se está debatiendo un calendario, con un nuevo formato de competición. Debemos formar parte del debate y tenemos que ser fuertes en esa mesa de negociación. Es poderoso que se nos escuche, pero es más poderoso que se escuche directamente a los y las futbolistas en lo que respecta a los problemas que afrontan. Eso es algo que vimos muy claramente cuando organizamos una reunión con la FIFA en Manchester, donde Paul Pogba, Kasper Schmeichel, Steph Houghton, Fernandinho, Harry Maguire, Lucy Bronze, Juan Mata y otros estuvieron en torno a la mesa, expresando directamente sus inquietudes y haciendo escuchar su voz.

¿Qué es lo que te entusiasma de tu trabajo en este momento?

La capacidad de influir en el futuro del juego, en un momento crucial para el fútbol. Hay tantos nuevos inversores llegando al juego, con nuevas perspectivas en cuanto a la dirección del fútbol. Ha llegado el momento de proteger verdaderamente el juego si queremos que continúe siendo lo que era antes. Me preocupa mucho el hecho de que pocas personas piensen en realidad acerca de la calidad de lo que vemos sobre el campo de juego y en proteger el producto. Piensan acerca de las finanzas, pero si no proteges el producto terminas con él. El fútbol está en peligro. Hay muchas fuentes de entretenimiento y si no tenemos cuidado la nueva generación de seguidores perderá el interés.

Creo que hay cierto valor en la escasez. Aunque amo el fútbol, en ocasiones es demasiado. Es casi como una sobredosis de partidos y de fútbol. Existe valor en esperar impacientemente algo y en parte hemos perdido esa sensación.