FIFPRO presentó un nuevo Comité Ejecutivo de 18 miembros durante su Asamblea General de noviembre de 2021. Es el más diverso en los 56 años de historia del sindicato mundial de futbolistas.
En nuestra serie quincenal Across the Board presentamos a sus 18 integrantes. La protagonista de esta entrega es Camila García, de Chile.
Camila García
• Exjugadora de la Universidad de Chile y en Audax Italiano
• Directora y fundadora de ANJUFF, el sindicato chileno de mujeres futbolistas
• Miembro del Comité Ejecutivo de FIFPRO desde 2017
• Vicepresidenta de FIFPRO desde noviembre de 2021
• Máster en Política global por la Universidad John Hopkins
• Máster en Relaciones internacionales por la Universidad de Chile
• Licenciatura en Ciencias políticas por la Universidad Diego Portales
• Adscrita al Departamento de Ciencia, innovación y tecnología de la embajada chilena en Washington DC (Estados Unidos)
¿Cómo te convertiste en directora de ANJUFF?
Camila García: Jugué al fútbol en distintos clubes de mi país. Después de los partidos mis compañeras y yo solíamos reunirnos y quejarnos sobre cómo se celebraban los torneos, las condiciones y nuestras luchas. En un momento dijimos: "Tenemos que hacer algo. ¡Organicémonos!"
Fue un experimento. No teníamos ningún ejemplo a seguir, éramos las primeras en organizar a las deportistas. Por suerte, contacté con uno de los miembros del Comité Ejecutivo de FIFPRO, Fernando Revilla, que casualmente visitaba nuestro país. Le expliqué cuál era la realidad de la situación en Chile y así es como conecté con FIFPRO. Así empezó todo, solo el sueño de un par de amigas que deseaban "hacer algo al respecto". Pasaron cinco años y tenemos una ley en Chile que va a profesionalizar el fútbol femenino. Es algo que nunca pudimos imaginar.
Esa ley es un proyecto que obliga a los clubes a firmar a las jugadoras contratos profesionales. El Gobierno chileno la aprobó hace unos meses. ¿Ha sido tu principal logro?
Con diferencia. Fue un hito para nuestra nación, nuestra comunidad futbolística y las mujeres de todo el país. Repercutió no solo en el ámbito del fútbol. Nuestro país necesita esa chispa de igualdad de género y justicia social. Fue una buena señal de por dónde deberían ir las cosas.
Con el apoyo de FIFPRO, hace cinco años reunimos a las jugadoras sudamericanas para hablar sobre nuestras realidades y de cómo podemos ayudarnos entre nosotras. Fue extraordinario. La mayoría de las que participaron iniciaron o se unieron a un movimiento en su país. En Argentina fue Macarena Sánchez. Algunas de las jugadoras colombianas comenzaron a trabajar con su sindicato (Acolfutpro). En Brasil ocurrió lo mismo. Tenemos un grupo de WhatsApp y, cuando se aprobó la ley, estaban entusiasmadas y esperando que en su país ocurriera algo similar para proporcionarles las herramientas adecuadas en la lucha por conseguir mayor igualdad.
En 2017, tú y Caroline Jönsson fueron las primeras mujeres electas para el Comité Ejecutivo de FIFPRO. ¿Qué han conseguido desde entonces?
Al principio fue un gran reto. Hablamos de una organización que, en aquel momento, acababa de adoptar el fútbol femenino y sus prioridades. Nuestro primer objetivo fue tratar de ser muy estratégicas en lo que impulsábamos y en lo que no. Aprendimos cómo transitar ese paisaje a nivel interno y externo con nuestras partes interesadas y a llevar la conversación hacia cómo hablamos sobre el fútbol femenino. No es un medio hermano o media hermana del fútbol masculino. Requiere su propio objetivo y sus propios datos en lugar de limitarse a copiar todo del masculino.
No estábamos en el Comité Ejecutivo para hablar únicamente del fútbol femenino, sino por el fútbol femenino. Por supuesto voy a hablar acerca de todo, pero cada miembro del Comité Ejecutivo tiene sus prioridades. Teníamos el mandato claro de apoyar el fútbol femenino. Si la gente no hablaba de eso en las reuniones, teníamos que plantearlo. Fue frustrante al principio pero estoy feliz de que ahora hayamos alcanzado una fase en la que mis colegas masculinos sean conscientes de ello y estén comprometidos. Es un cambio institucional en la organización y eso me enorgullece mucho. Creo que hemos implementado un gran cambio sobre cómo consideramos la industria en general.
Te gusta trabajar en las relaciones con las partes interesadas. ¿Puedes explicar por qué ese punto es tan importante?
En general, todos comprendemos que a veces nuestra industria no es gobernada de forma ideal. Así que no solo debemos mejorar la relación que tenemos, sino crear también otras nuevas. Es importante hacer uso de nuestra posición. Cuando tienes una posición y eres la única persona que habla de eso, se hace difícil. Se necesitan otros colaboradores, con otras perspectivas. Por ejemplo, cuando tratábamos de que se aprobara la legislación en Chile, inicialmente nuestro argumento no recibía suficiente atención. Pero cuando después colaboramos con una universidad que nos dio datos que pudimos usar para debatir con los asistentes al Congreso, mejoró claramente nuestra conversación. En FIFPRO estamos haciendo esto también a nivel internacional, hablando con las ONG y con las Naciones Unidas, colaborando con firmas de consultoría, universidades y otras partes interesadas que nos ayudan a mejorar nuestra posición. Ello es clave para impulsar las conversaciones más fácilmente.
¿Cómo crees que FIFPRO puede mejorar más todavía las condiciones de las jugadoras?
Tenemos que fortalecer la capacidad de nuestros sindicatos para apoyar a sus jugadoras. Por ejemplo, en nuestro país pudimos aprobar una ley para profesionalizar el fútbol femenino. Quizá eso todavía no sea posible en otros países, pero es algo que podemos mejorar. He observado que, al menos en el fútbol femenino, las jugadoras no entienden la fortaleza de su poder colectivo. Imagina lo que podríamos hacer si pudiéramos organizarlas y darles las herramientas para luchar a nivel nacional por sus derechos y por la igualdad de oportunidades. Si podemos hallar un modo de fortalecer el poder colectivo de las jugadoras, probablemente veamos un cambio en cinco o diez años que no hemos visto hasta ahora.