Rob fue uno de los primeros miembros del personal de FIFPRO, y trabajó desinteresadamente para afianzar las finanzas y la dirección de la organización a medida que iba adquiriendo magnitud e importancia.
Se incorporó a FIFPRO en enero de 2005, antes incluso de que la organización se trasladara a su primera oficina en Hoofddorp, en las cercanías de Ámsterdam. Actualmente, FIFPRO cuenta con más de 30 empleados que trabajan conjuntamente con los 65 sindicatos nacionales que representan a más de 60.000 futbolistas.
Con una cálida sonrisa y su risa contagiosa, se convirtió en custodio del crecimiento de FIFPRO, proporcionando apoyo constante e indefectible al personal, a los sindicatos de jugadores y a todas las personas vinculadas a FIFPRO.
Era capaz de pasar fácilmente de las complejas y técnicas cuestiones financieras a momentos de regocijo, combinando su profesionalidad con la amabilidad y la humidad.
Se sentía profundamente satisfecho de su trabajo y, en su oficina, solía silbar temas pop y folclóricos neerlandeses, que sus compañeros con frecuencia se esforzaban por reconocer. Cuando ocasionalmente los acertaban, dejaba escapar una de sus sonoras carcajadas.
Rob nació en la ciudad portuaria de IJmuiden, en los Países Bajos. Se cualificó como contable en los años setenta, antes de incorporarse a Deloitte. Una de sus tareas más interesantes, relataba, fue auditar las cuentas de la principal cadena de casinos de los Países Bajos.
Posteriormente, estableció su propia consultora financiera en Haarlem, que se había convertido en su ciudad de residencia, donde vivía con su mujer Yanie. Siguiendo la recomendación de un representante del sindicato, fue entrevistado por el Secretario General de FIFPRO, Theo van Seggelen, y contratado en enero de 2005.
Unos meses más tarde, FIFPRO se trasladó a su primera oficina.
En los últimos 17 años, Rob se ganó el respeto general y la gran consideración de los empleados y miembros del personal de FIFPRO. Se aseguraba siempre de que sus presentaciones técnicas para los miembros del sindicato, muchos de los cuales no son hablantes nativos de inglés, fueran de fácil comprensión.
Fuera del ámbito laboral, le apasionaba la comida y ayudar a Yanie a dirigir un próspero restaurante indonesio en las afueras de Haarlem. Cada invierno, solían viajar a Indonesia para visitar a la familia y amigos.
Rob mostró notable valor y dedicación, al seguir acudiendo a su puesto de trabajo aun estando gravemente enfermo.
Durante una batalla de seis años contra el cáncer, en la que hubo muchos altibajos, mantuvo la dedicación por su trabajo y el orgullo de sus logros. En noviembre, cuando no pudo asistir a la Asamblea General en París, preparó su actualización anual, dando detalle de las cuentas de FIFPRO mediante un mensaje grabado en vídeo.
Gracias a su trabajo, deja un legado de sólidas finanzas que garantizará la independencia y seguirá apoyando el trabajo de FIFPRO, sus sindicatos de jugadores y el conjunto de futbolistas profesionales, durante los próximos años.
Rob falleció el domingo 6 de marzo, en su hogar, en compañía de su mujer.
Su funeral tendrá lugar en Sábado 12 de marzo a las 11:00 horas CET.
