"Pilares sindicales" es una serie de entrevistas que pone el punto de mira en las personas de las asociaciones miembro de FIFPRO que se dedican a mejorar el bienestar de los y las futbolistas profesionales de su país.
Vanessa Ovando, encargada del desarrollo del fútbol femenino de Sifupgua, el sindicato de jugadores de Guatemala, habla de su trabajo, sus motivaciones y del camino que queda por recorrer para seguir mejorando la realidad de los y las futbolistas de su país.
¿Cuál es tu cargo actual y tu formación?
Estoy encargada del desarrollo de actividades sociales con el gremio y encargada del desarrollo del fútbol femenino aquí en el sindicato de Guatemala. Estudié licenciatura en administración de empresas y estoy sacando ahorita un técnico en marketing deportivo. Y pues formación deportiva podría decir que desde chiquita jugué fútbol aquí en Guatemala, en canchas informales primero donde era la única niña, luego de fútbol 11 y pasé un tiempo a futsal, donde también estuve en la selección nacional de Guatemala. Así que estuve en la selección tanto en futsal como en 11. En el sindicato nos gusta tener bastante relación con las jugadoras, mucha comunicación. Aquí en Guatemala realmente no había habido mucho trabajo en el pasado en cuanto al fútbol femenino y, desde los dos años que llevó aquí, ha sido muy bonito porque ha tocado literalmente empezar desde las bases a hacerles ver a las jugadoras sus derechos, sus obligaciones. Creo que ha sido muy bonito ver a las futbolistas muy anuentes a querer aprender y ahora escuchar. Que ellas te llamen para pedirte consejos es muy satisfactorio también.
Ha sido un trabajo de hormiga...
Sí, ha sido un trabajo de hormiga. La mayoría de las jugadoras no sabían ni siquiera qué estaban firmando en un contrato deportivo. Debemos enseñarles ahora qué tienen que firmar realmente y qué deben tener en cuenta... Ellas tienen que tener carácter para decir sí o no a los clubes según qué cosas les ofrecen. Ahora tienen esta formación con la que ya pueden poner límites para mejorar el desarrollo del fútbol femenino en Guatemala. También existe este miedo de que los equipos las han amenazado por recurrir al sindicato. A final de cuentas, a los equipos no les conviene mucho que ellas sepan bien sus obligaciones y sus derechos. Pero poco a poco las jugadoras han ido siendo muy receptivas a la información. Ha sido muy importante y satisfactorio.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo en el sindicato?
Hay un tema que nos ha llenado mucho junto al presidente Carlos Figueroa y por el que estamos muy satisfechos: el tema médico. En Guatemala es muy complicado, tanto de hombres como de mujeres, hay muchos clubes que no tienen la capacidad económica. Por ejemplo cuando un jugador tiene una lesión severa, como una operación de menisco o de ligamento cruzado, la capacidad económica no existe. En primera división de los hombres sí, pero en el femenino y otras categorías no cuentan con este apoyo.
Yo jugaba flag football e hice ahí una muy buena amiga, que tiene un puesto muy importante como traumatóloga en uno de los hospitales del gobierno. Y le comenté que una de nuestras falencias más grandes como fútbol era que mucho jugador quedaba tirado prácticamente en cuanto a sus lesiones. Nos sentamos y vimos de qué forma nos podía ayudar ella. Logramos que los jugadores sean operados totalmente gratis en un hospital del gobierno. Y escuchar el agradecimiento de los jugadores en ese tema es muy satisfactorio, porque es para ellos. Es prácticamente salvarles su carrera. Es un tema que nos motiva mucho.
¿Qué tema que afecta al bienestar de los y las futbolistas te apasiona más?
Aparte del médico, creo que un tema muy importante en Guatemala ha sido la falta de educación futbolística. Ha sido un tema complicado con los jugadores, incluso con la federación. También hay parte de culpa nuestra como jugadores de no educarnos, pero tampoco ha habido alguna asociación que nos eduque. Entonces este año vamos a empezar talleres para educar a los jugadores en salud mental, nutrición, sobre lo importante que es tener estudios. La motivación es empezar poco a poco. Lo que queremos es que marcas o centros educativos se vayan sumando, viendo nuestro trabajo y lograr así algunas becas en centros educativos. Sería nuestro sueño.
¿Cuál es tu momento de mayor orgullo como representante sindical?
El año pasado empezamos un trabajo más arduo con la selección femenina y estoy muy satisfecha. Las jugadoras se animaron a tener carácter e ir a la federación a pedir cosas al menos básicas para selección nacional. Que ya ellas hayan tomado esta iniciativa respaldada por nosotros fue una satisfacción. Algo que nunca se había dado en la historia de Guatemala era luchar por amistosos internacionales de nivel en las fechas FIFA. Y gracias a su lucha, las últimas tres fechas FIFA han jugado contra Colombia y Chile. Y empezaron a recibir un pago mínimo. Ya es un pasito. Fue nuestra mayor felicidad del año pasado en el cuanto al fútbol femenino. Tenemos mucho que trabajar en Centroamérica en general porque tristemente todavía nuestra sociedad es bastante machista. Y nos toca mucho camino que abrir a la fuerza. Yo sé que todavía todo el tema del sindicato es algo nuevo a nivel centroamericano. Si en un futuro cercano se me abrieran las puertas para poder ayudar a estos países, para mí sería genial porque estamos en contra de la corriente. Cuesta mucho luchar contra esto pero es nuestra esperanza.
¿Hay alguien en el mundo sindical o en el deporte en general que te inspire especialmente?
Te voy a mencionar tres personas: Billie Jean King (extenista estadounidense y activista), que luchó mucho por la igualdad al terminar su carrera. No tuvo miedo a hablar y a contar experiencias que ella vivió y lo difícil que fue, pero al final cuenta lo que ella logró peleando. Serena Williams es otra a la que admiro mucho. Una de las mejores tenistas pero lo que me encantó fue que abriera una fundación donde ella apoya la educación y empoderamiento de las mujeres jóvenes y niñas. Y otra persona que me gusta mucho es Marion Reimers, periodista deportiva. Me encanta mucho ella, cómo le tocó abrir ese camino en una carrera donde prácticamente también la han liderado hombres. Y ahora es una de las referentes en su profesión y tabién activista por la igualdad en el fútbol femenino. Gente así me motiva porque a pesar de que uno sabe que puede ser un trabajo difícil, siempre hay alguna luz al final del camino
¿Cuál es tu mejor recuerdo futbolístico?
Tenía como 18 años, fue un partido donde ya era parar definir el campeonato aquí en la liga nacional. Y en los últimos 10 minutos, de un centro, puede agarrar una pelota de volea y metí el gol. Pero eso no fue todo. Lo que me gustó mucho de ese partido fue que yo tenía una de mis amigas, que era más veterana y me había enseñado mucho, a la que empaté en el goleo de ese torneo con ese gol. Fue un premio más o menos compartido. Y el otro es de futsal. Ahora ya va a ser oficial el torneo pero antes le llamaban el torneo mundial de futsal. Fue aquí en Guatemala y jugamos contra Rusia. El domo (estadio), que tiene capacidad para 11.000 personas, estaba completamente lleno. Verlo para mí fue una satisfacción que decía “pucha las mujeres sí convocamos a la gente”.
Si pudieras cambiar algo en el fútbol, ¿qué sería?
Que se pudiera dar más apoyo, tanto económico como para el desarrollo en cuanto a nuestra liga nacional. Para tener una buena selección necesitamos una base y nuestra liga realmente no es profesional, necesitamos que se tenga más desarrollo tanto económico como de crecimiento para los entrenadores, para las jugadoras. Es increíble pensar que hace 13 años que empecé en una liga y las cosas no hayan cambiado mucho. Hay mucha jugadora que tiene mucha capacidad. pero no se dedican a esto. Tienen que ir a entrenar después de haber ido a trabajar o a estudiar y es la actividad que les queda al final del día. Y a pesar de eso hemos tenido muchas jugadoras que ya juegan afuera. Tenemos talento pero necesitamos que se nos den más herramientas para poder desarrollar de una mejor manera en nuestro deporte. Estamos luchado para lograrlo.