"Pilares sindicales" es una serie de entrevistas que pone el punto de mira en las personas de las asociaciones miembro de FIFPRO que se dedican a mejorar el bienestar de los y las futbolistas profesionales de su país.
João Paiva, director de relaciones con los futbolistas de la Asociación Suiza de Futbolistas (SAFP), habla de sus experiencias en el fútbol, su trabajo con el sindicato y su motivación diaria.
¿Cuál es tu función actual y cuál es tu formación?
Siempre he sido miembro del sindicato portugués de jugadores (SJPF), pero nunca participé activamente hasta que tenía unos 28 ó 29 años y jugaba en Suiza. Un representante del sindicato suizo de futbolistas (SAFP) visitó mi equipo para hacer una presentación sobre la Academia Online FIFPRO. Vi el vídeo y casi me pareció demasiado bueno para ser verdad. Se trataba de un estudio gratuito en línea sobre gestión deportiva que me permitía decidir en qué momento seguiría las clases. Me interesó. Había estudiado cuando estaba en el Sporting de Lisboa, pero no pude continuar cuando me fui del país con 20 años. Así que, cuando me enteré de esta oportunidad, la solicité. El estudio incluía unas prácticas de tres meses. Como profesional a tiempo completo era difícil encontrar unas prácticas. Mi club no podía ayudarme. Me puse en contacto con el sindicato y me permitieron ser su becario. Al final todo encajó: les gusté y me ofrecieron un trabajo después de graduarme. Acepté porque era lo que quería: trabajar en una organización deportiva y ayudar a los jugadores.
Soy el primer punto de contacto para los jugadores. Me llaman cuando tienen problemas o necesitan orientación. Si un jugador necesita formación, me siento con él y le explico las opciones. Estoy a cargo de dos de nuestros mayores proyectos: Organizo el campo de entrenamiento para jugadores sin contrato y la Gala de los Once de Oro, que es nuestra elección del jugador del año. En nuestro campo de entrenamiento lo hago casi todo, incluso entrenar al equipo. Para la Gala de los Once de Oro organizo el proceso de votación, los invitados a nuestro acto, los contactos con los medios de comunicación y, por supuesto, los jugadores. También dirijo un tercer proyecto, el StarCamp. Es un campamento de una semana para personas con discapacidad que quieren jugar al fútbol. Participan jugadores en activo y ex futbolistas.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo en el sindicato?
Soy entrenador de fútbol titulado así que me apasiona nuestro campo de entrenamiento, donde puedo trabajar con los jugadores sobre el terreno de juego. Pero también me encanta el StarCamp y no quiero ponerlo en segundo lugar. Trabajar con personas discapacitadas me ha hecho darme cuenta de lo privilegiado que soy por haber nacido con talento para jugar al fútbol, un talento apreciado por millones de personas que podemos compartir con otras que quizá no tengan las mismas capacidades físicas. Es muy gratificante que podamos ofrecerles una semana de placer futbolístico. Aprendemos mucho más de ellos que ellos de nosotros, como apreciar las cosas que tenemos en lugar de quejarnos de las que no tenemos. Incluso los jugadores más famosos implicados en este proyecto se emocionaron.
¿Puedes compartir con nosotros uno de los logros que más te enorgullecen de tu trabajo como representante sindical?
Estoy orgulloso de haber creado buenas relaciones con todos los clubes profesionales de Suiza. Antes teníamos problemas con varios equipos pero ahora hay respeto mutuo. Los clubes entienden ahora que cuando venimos, estamos ahí para ayudar a los jugadores y a veces eso también les ayuda a ellos. Por ejemplo ayudamos a los jugadores extranjeros a rellenar su formulario fiscal.
Creo que me ayuda el hecho de ser un ex futbolista. Hablo de manera más informal con ellos que por ejemplo nuestros abogados, que tienen que ser formales o a veces incluso agresivos para ayudar a los jugadores a conseguir su dinero. También ayuda que pueda pensar como entrenador. Entiendo que los entrenadores a veces no necesitan a un jugador y puedo explicarles que tenemos que encontrar una solución.
Si pudieras cambiar algo en el fútbol, ¿qué sería?
El fútbol necesita más ex jugadores cualificados trabajando en el negocio. Al mismo tiempo, los futbolistas deben darse cuenta de que necesitan formación para entender cómo funcionan las organizaciones. Hay mucho dinero en juego y eso significa que se necesitan personas cualificadas que puedan asumir la responsabilidad. También significa tener más mujeres en el fútbol. En mi opinión, las jugadoras se han centrado mucho más en su educación que los hombres durante su carrera. A menudo conozco a ex futbolistas que están más cualificadas que los hombres.
¿Hay alguien en el mundo sindical o en el deporte en general que te inspire?
Como soy portugués, ex jugador y entrenador de fútbol, me inspiran las dotes organizativas y de motivación de los entrenadores de mi país, empezando por José Mourinho, que abrió muchas puertas a otros. Utilizo muchas de sus ideas, no sólo como entrenador, sino también como representante sindical. Técnicos como Mourinho o Abel Ferreira, entrenador del Palmeiras, se rodean de gente de calidad porque saben que no pueden hacerlo todo solos. También empecé a trabajar con personas que tienen un conjunto de habilidades complementarias a las mías. Fue un proceso de transformación para mí porque, como jugador, solía pensar como individuo que necesitaba marcar.
¿Cuál es tu recuerdo futbolístico favorito?
Para mí el 14 de mayo de 2000 fue especial. Con Portugal sub-16 me convertí en campeón de Europa. La sensación aquella noche de que teníamos el mejor equipo de Europa fue muy bonita. No hay nada que lo supere. En nuestro equipo estaban Raúl Meireles, Hugo Viana, Ricardo Quaresma y yo era el delantero. La final contra República Checa se retransmitió en directo por televisión y todos mis amigos y mi familia lo vieron. Esa misma noche, el Sporting, el equipo al que yo apoyaba, ganó el título portugués por primera vez en mi vida. Por eso este día es tan memorable para mí.
¿Quién es tu futbolista favorito?
Cristiano Ronaldo es increíble. Yo jugué con él y estoy orgulloso de lo que consiguió, pero mi jugador favorito era el otro Ronaldo, el brasileño Ronaldo Luis Nazario de Lima. Es el mejor que ha existido, una amenaza para cualquier defensa. Cuando era niño era fantástico verlo, porque hacía que todo pareciera tan fácil. Johan Cruyff también me inspiró pero nunca le vi jugar. Quizás debería mezclar los talentos de estos tres jugadores: la profesionalidad de Cristiano, la inteligencia de Cruyff y el juego espectacular de Ronaldo.
¿Qué te motiva a diario?
Marcar la diferencia para otras personas. Trabajar para el sindicato me motiva porque tengo la oportunidad de ayudar a los jugadores de distintas maneras. No puedo ayudar a todos pero cada futbolista al que puedo ayudar me alegra el día. El aprecio de los jugadores es lo mejor de este trabajo. Durante los campos de entrenamiento, por ejemplo, hago amistades para toda la vida. Todos los jugadores que asistieron a los campamentos que dirigí en los últimos cinco años siguen en contacto conmigo y a menudo muestran su agradecimiento por nuestro trabajo en las redes sociales.