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Fraser Wishart

"Pilares sindicales" es una serie de entrevistas que pone el punto de mira en las personas de las asociaciones miembro de FIFPRO que se dedican a mejorar el bienestar de los y las futbolistas profesionales de su país.

Fraser Wishart es el director ejecutivo de la Asociación de Futbolistas Profesionales de Escocia (PFA) y miembro del Consejo de la Asociación de FIFPRO. El ex centrocampista habla de su papel como líder sindical, del valor de FIFPRO y de la importancia de que los jugadores formen parte del proceso de toma de decisiones.

¿cuál es tu cargo actual y tu formación?

Soy ex futbolista profesional, me retiré en 2001. Empecé mi carrera en 1984 pero no pensaba ser profesional. Estaba en la universidad y era feliz siendo semiprofesional. Tuve la oportunidad de fichar por el Motherwell, de la Premiership escocesa. Me tomé un año libre en la universidad y firmé un contrato de un año. Pensé que si no funcionaba volvería a la universidad. Y ahora, 41 años después, soy el director ejecutivo del sindicato escocés, la PFA Escocia.

Empecé a trabajar en la PFA cuando tenía 20 años. El delegado del Motherwell se había marchado y nadie quería ocupar su puesto. Yo levanté la mano. Me crié en un ambiente socialista y sindicalista. Mis padres me llevaron a marchas contra el apartheid. Creía en los sindicatos y en el movimiento socialista. Por eso pensé en hacerlo y aprender.

Me puse en contacto con Tony Higgins, el entonces secretario general, que me orientó y a partir de ahí fui avanzando. Me convertí en presidente mientras seguía jugando y, cuando me retiré en 2001, empecé a trabajar aquí.

Trabajar para el sindicato me causó problemas en mi carrera como jugador. Cuando tenía 27 años me peleé con el entrenador de mi club. Me puso en la lista de transferibles y me obligó a entrenarme solo. Cuando el club descendió me liberaron porque no podían pagarme. Pero ningún otro club quiso contactarme durante unos seis meses debido a una campaña de rumores de ese entrenador, que decía que yo era un abogado de entre casa. Algunos grandes clubes de Inglaterra querían ficharme pero me dijeron que les habían aconsejado que no lo hicieran porque yo era una mala noticia en el vestuario. Pensé que mi carrera estaba acabada. Tuve suerte de que me dieran una oportunidad en el Falkirk. Y seis meses después firmé por el Rangers. Estoy orgulloso de haber luchado y defendido mis principios.

Fraser Rangers
Fraser Wishart, jugando para el Rangers en 1993

¿Qué tema que afecte al bienestar de los futbolistas te apasiona más?

Brindamos asesoramiento en salud mental y somos fuertes en segundas carreras para los jugadores, pero ante todo somos un sindicato. Tenemos que velar por el empleo. Debemos recordar que los futbolistas son empleados como los demás. En Escocia la mayoría de los jugadores no ganan grandes cantidades de dinero, así que tienen que cobrar para pagar sus facturas. Ofrecemos un servicio jurídico gratuito a los afiliados para cualquier litigio relacionado con el empleo o la reglamentación del fútbol.

Fraser Shankland
Fraser Wishart presenta a Lawrence Shankland como Jugador del Año 2024 de la PFA Escocia

¿Puedes compartir con nosotros uno de tus momentos de mayor orgullo o uno de tus logros como representante sindical?

Destacan un par. Me sentí orgulloso de haber representado a Andy Webster en su caso. No podríamos haberlo hecho sin el apoyo de FIFPRO y de otros sindicatos como VVCS, UNFP y PFA Inglaterra, pero fuimos nosotros los que llevamos la iniciativa. Llevamos el caso al Tribunal de Arbitraje Deportivo y estamos orgullosos del resultado. Es un buen ejemplo de lo que puede hacer la FIFPRO: todos trabajamos juntos para ayudar a Andy Webster.

El otro caso destacado es el de la administración del Rangers en 2012. Es un club tan grande que te puedes imaginar la atención que se nos prestó, con emisoras de radio y televisión de todo el mundo informando sobre el tema. Fue un periodo intenso. Recibí mucha presión y críticas del público y de los medios de comunicación, pero tenía un trabajo que hacer. Mi trabajo no era proteger al Rangers sino a nuestros socios y su bienestar. A mucha gente, medios de comunicación y aficionados no les gustó y las emociones se dispararon. El momento de mayor orgullo fue que mantuvimos a todos los jugadores: no se rescindió el contrato de ninguno.

También estoy orgulloso de que a los futbolistas se les ocurriera recortar los salarios para evitar que nadie más en el club -la gente que trabaja en las oficinas o en los campos de entrenamiento- perdiera su empleo. Convencimos a los administradores para que estuvieran de acuerdo.

Si pudieras cambiar algo en el fútbol, ¿qué sería?

Un sistema de traspasos más justo y, como parte de él, una distribución más justa del dinero entre los clubes. Los ingresos colectivos de los 20 principales equipos ascendieron el año pasado a 11.000 millones de dólares. Pero ese dinero no llega a los clubes nacionales. Los clubes más pequeños necesitan dinero para competir. Debe haber un producto con más equipos capaces de ganar una liga. En Escocia tenemos dos grandes clubes, el Rangers y el Celtic, y los demás equipos quizá tengan entre un cinco y un diez por ciento de su presupuesto. ¿Cómo pueden competir?

FIFPRO BOD 12

¿Hay alguien en el mundo sindical o en el deporte en general que te inspire?

Tuve la suerte de contar con Tony Higgins. Es un hombre con mucha experiencia, habla bien y vio las ventajas de FIFPRO a principios de los 90 y ayudó a impulsarla.

¿Cuál es tu recuerdo futbolístico favorito?

Jugué varias veces con el Rangers contra el Celtic. Un partido fue en Hampden Park, nuestro estadio nacional, ya que el campo del Celtic estaba en obras. No había jugado mucho esa temporada pero ese partido me dieron la oportunidad. Jugué bien y ganamos 3-1. Lo mejor para mí fue que jugaba contra mi mejor amigo, Andy Walker.

¿Quién es tu futbolista favorito y por qué?

Kenny Dalglish, que jugó en el Celtic, en Escocia y en el Liverpool. Creo que es el mejor jugador escocés de la historia. No era rápido pero sí muy inteligente. Era brillante protegiendo el balón, podía pasar y marcar goles con los dos pies. Era de clase mundial.

FIFPRO celebra este año su 60 aniversario. ¿Qué significa formar parte de un sindicato mundial?

Significa todo. No sé dónde estaría el movimiento sindical dentro del fútbol sin FIFPRO. Ha reunido a personas de todo el mundo que trabajan en entornos diferentes pero a las que les une una cosa: la firme convicción que los futbolistas, como cualquier otra persona, necesitan representación sindical.

Juntos somos más fuertes. Si vas a hablar con la FIFA no me importa lo grande que sea tu sindicato, si vas por tu cuenta no tienes el mismo poder que tendremos nosotros con 70 sindicatos. Nuestro sindicato es un buen ejemplo de cómo FIFPRO puede ayudar a los sindicatos a crecer. Cuando empecé en 2001 Tony Higgins era el único empleado. Pero hemos crecido gracias a la ayuda de FIFPRO. Y veo al personal de la sede de FIFPRO como una extensión de nuestro personal. Si tenemos un problema o necesitamos consejo, siempre podemos llamarles.

¿En qué esperas que los sindicatos se unan más para dar forma al futuro del fútbol para los futbolistas?

FIFPRO tiene que asegurar su papel dentro de la gobernanza del fútbol. En organizaciones como la UEFA y la FIFA, incluso los países más pequeños que no tienen fútbol profesional tienen voto. ¿Por qué no debería FIFPRO opinar sobre lo que les ocurre a nuestros afiliados? El calendario internacional de partidos es un buen ejemplo porque deberíamos formar parte del proceso de toma de decisiones. Si van a cambiar algo relacionado con el empleo de nuestros afiliados, debemos participar.