
"Pilares sindicales" es una serie de entrevistas que pone el punto de mira en las personas de las asociaciones miembro de FIFPRO que se dedican a mejorar el bienestar de los y las futbolistas profesionales de su país.
Beau Busch es el director ejecutivo de Professional Footballers Australia y el presidente de FIFPRO Asia/Oceanía. El ex defensa, que jugó en Australia y Escocia, habla de su papel como líder sindical y de la importancia de que los jugadores formen parte del proceso de toma de decisiones.
¿cuál es tu cargo actual y cuál es tu formación?
Actualmente soy el director ejecutivo de Professional Footballers Australia, el sindicato australiano, y el presidente de FIFPRO Asia/Oceanía. Me incorporé a la PFA en 2013, donde empecé en el departamento de medios de comunicación antes de pasar a la organización y el desarrollo de futbolistas. Antes de incorporarme a la PFA fui futbolista profesional en la A-League, aquí en Australia, y en las ligas inferiores de Escocia.
¿Qué tema que afecte al bienestar de los futbolistas te apasiona más?
Gracias a la valentía de jugadores individuales como Lassana Diarra y al compromiso con el colectivismo y la solidaridad de jugadores de todo el mundo, existe una oportunidad generacional para cambiar el sistema en el que operan los jugadores. Con demasiada frecuencia los objetivos que la industria del fútbol dice perseguir se ven frustrados por las normas impuestas a los futbolistas. Me apasiona abogar por un nuevo sistema para el fútbol, en el que se respeten los derechos de los jugadores a la negociación colectiva y se establezca a los jugadores, tanto a escala nacional como internacional, como auténticos socios de la industria.

¿Puedes compartir con nosotros uno de tus momentos de mayor orgullo o uno de tus logros como representante sindical?
En cada visita a los clubes y en cada reunión con nuestros miembros, sus conocimientos, su compromiso con el crecimiento del juego y su preocupación por la industria refuerzan el privilegio que tengo de representarlos. Estoy increíblemente orgulloso de haber participado en los acuerdos de negociación colectiva con las ligas y las selecciones nacionales, en la búsqueda de la igualdad de género, en el establecimiento del desarrollo de los jugadores en el fútbol australiano y en su apoyo para que tengan un impacto fuera del terreno de juego. Estos logros pertenecen a los jugadores y son el resultado de un esfuerzo colectivo, y eso es lo que más me enorgullece.
Si pudieras cambiar algo en el fútbol, ¿qué sería?
Que los jugadores sean realmente respetados y aceptados como socios de la industria. El fútbol no está aprovechando todo su potencial porque sigue actuando como siempre, marginando a los jugadores y a sus sindicatos.
¿Hay alguien en el mundo sindical o en el deporte en general que te inspire?
He tenido la suerte de trabajar con líderes excepcionales como Brendan Schwab, John Didulica, Craig Foster, Kate Gill, Kat Craig y Francis Awaritefe, de quienes he aprendido muchísimo. También cuento con un equipo excepcional en la PFA, la junta directiva de FIFPRO Asia/Oceanía y los sindicatos de toda la división, que me inspiran enormemente y de los que aprendo mucho.
¿Cuál es tu mejor recuerdo futbolístico hasta la fecha?
Tengo dos: la campaña de Australia en la Copa Mundial Masculina de la FIFA 2022 y la campaña de Australia en la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023. En el caso de los Socceroos, sacaron lo mejor de sí mismos dentro y fuera del campo. En octavos de final llevaron al límite a Argentina, luego campeona del mundo, y se posicionaron fuera del terreno de juego a favor de los derechos humanos, donde demostraron un enorme coraje. Para las Matildas, esta generación de jugadoras ha cambiado el tejido mismo del fútbol australiano. Sus actuaciones en la Copa Mundial fueron la justa recompensa a su valentía a la hora de perseguir una visión del fútbol que sitúa a los y las futbolistas en pie de igualdad. El país cambió gracias a su compromiso mutuo y con el juego.

¿Quién es tu futbolista favorito de todos los tiempos y por qué?
Los excapitanes de la selección australiana Lucas Neill y Cheryl Salisbury. Ambos son líderes excepcionales para el juego y los jugadores. Los dos desempeñaron papeles clave sobre el terreno de juego y a través de la PFA. Lo que comparten, como todos los grandes futbolistas, es la capacidad de inspirar a los demás y conseguir que un equipo sea más que la suma de sus partes. Tanto Lucas como Cheryl han dejado una profunda huella en el fútbol australiano, y no me cabe duda de que seguirán haciéndolo.
FIFPRO celebrará su 60 aniversario en 2025. ¿Qué significa formar parte de un sindicato mundial?
FIFPRO representa el compromiso global que asumimos con el colectivismo y la solidaridad en pos del respeto a los futbolistas. Tenemos la doble responsabilidad de garantizar nuestro impacto a nivel nacional, a través de nuestro sindicato australiano, y de contribuir al movimiento FIFPRO más amplio. FIFPRO desempeña un papel fundamental a la hora de garantizar que avanzamos en cuestiones que no podemos alcanzar a nivel nacional, pero que tienen una enorme repercusión en los y las futbolistas. Pero también tenemos que asegurarnos de ser fuertes a nivel nacional y maximizar nuestro impacto, lo que a su vez aumenta la fuerza de FIFPRO. Bosman, Diarra y el auge del fútbol femenino demuestran lo que podemos conseguir si damos lo mejor de nosotros mismos.

¿Podría dar un ejemplo del valor que tiene FIFPRO para su organización?
En los últimos años nos hemos centrado mucho en la seguridad de los jugadores. Gracias a la labor de FIFPRO, a su relación con la Asociación Mundial de Jugadores y a expertos como la abogada especializada en derechos humanos Kat Craig, hemos podido trabajar con rapidez aprovechando sus conocimientos. Esto nos ha permitido elaborar políticas y estrategias y avanzar mucho más rápidamente de lo que lo habríamos hecho de otro modo.
Y de cara al futuro, ¿en qué espera que los sindicatos se unan más para dar forma al futuro del fútbol para los jugadores?
Los jugadores sólo pueden tener grandes carreras en una gran industria. El fútbol no está a la altura de lo que puede llegar a ser porque actualmente no acepta a los jugadores como socios y, por tanto, no se beneficia de sus experiencias y conocimientos colectivos. Nuestro papel consiste en desarrollar nuestra capacidad colectiva para cambiar la realidad actual y crear la mejor industria posible para jugadores, ligas, clubes y federaciones.