"Pilares sindicales" es una serie de entrevistas que pone el punto de mira en las personas de las asociaciones miembro de FIFPRO que se dedican a mejorar el bienestar de los y las futbolistas profesionales de su país.
Andrew Scott-Howman, consejero general y fundador de la Asociación de Futbolistas Profesionales de Nueva Zelanda (NZPFA), habla de sus experiencias en el fútbol, sus iniciativas en nombre del sindicato y su motivación diaria.
¿Cuál es tu función actual y cuál es tu formación?
Soy abogado laboralista y empecé trabajando para la selección nacional masculina de rugby de Nueva Zelanda, los All Blacks, porque querían crear su propia asociación de jugadores. Conseguimos crearla y negociar un convenio colectivo para ellos.
Después de lograrlo, en 2003 recibí una llamada de Theo van Seggelen, entonces secretario general de FIFPRO, que me dijo: "¿Eres tú el que creó la asociación de jugadores de rugby? Necesitamos que hagas el mismo trabajo para los futbolistas". Le dije a Theo que estaba loco porque yo no sabía nada de fútbol, pero organizamos una reunión y junto con Brendan Schwab [ex miembro de la junta directiva de FIFPRO y director general del PFA Australia], me convenció. Una vez que establecí un sindicato para jugadores de rugby, lo llevaba en la sangre y me pareció bien crear uno también para futbolistas.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo en el sindicato?
Hay dos cosas. La primera es que disfruto trabajando con deportistas. Mi trabajo como abogado laboralista a veces puede ser aburrido. Tiendes a hacer las mismas cosas una y otra vez. Pero cuando conoces a deportistas, son personas extraordinarias que vienen de un mundo totalmente distinto. Es inspirador poder trabajar con ellos y ayudarles.
Otra cosa que me parece interesante es utilizar la ley de una forma que nunca se haya hecho antes. Pondré un ejemplo: ahora mismo también estoy trabajando para los atletas olímpicos de Nueva Zelanda. Intento que se conviertan en empleados públicos, ya que eso aumentaría drásticamente sus condiciones y su salario. Algunos de ellos apenas llegan a los ingresos medios. Fuimos a los tribunales y ganamos la batalla pero el gobierno ha presentado un recurso y la vista es dentro de dos semanas. Estoy abriendo nuevos caminos y eso es muy emocionante.
¿Qué tema que afecte al bienestar de los jugadores te apasiona más?
Me apasionan los datos, los derechos de imagen y la propiedad de los jugadores, porque creo que se van a convertir muy pronto en el producto más valioso del mundo del deporte, y a menos que actuemos para protegerlos y nos aseguremos de que nuestros jugadores están educados al respecto, vamos a ver cómo se nos escapa todo ese valor. Me refiero a los derechos de imagen de los jugadores, a los datos biométricos y a los datos sobre el terreno de juego. Una vez que se establece que son propiedad del jugador, hay que pagarle para que alguien pueda utilizarlos. Los jugadores deben ser recompensados por el uso de sus datos.
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¿Puedes compartir con nosotros uno de los logros que más te enorgullezcan de tu trabajo como representante sindical?
Esta es fácil y tengo que empezar felicitando a Sarah Gregorius [exjugadora neozelandesa y miembro de la junta directiva de la NZPFA] porque fuimos los dos los que trabajamos para ello. En 2018 logramos la igualdad de condiciones para los y las futbolistas de la selección nacional masculina y femenina de nuestro país. Sarah y yo hicimos las negociaciones y creo que solo el sindicato noruego había hecho esto antes. Es el momento del que me siento más orgulloso y no fue fácil.
Recuerdo el momento decisivo. Estábamos sentados en la sala de juntas de la federación y uno de sus representantes nos decía que nunca íbamos a conseguir la igualdad de premios porque las mujeres no eran lo bastante buenas. Y hasta que no mejoraran su rendimiento en el campo, no merecerían los mismos premios que los hombres.
Entonces Sarah empezó a hablar: "Estoy tan cansada de gente como tú. Toda mi vida he tenido a alguien como tú en la cara desde que tenía siete años diciéndome que no jugara al fútbol porque era una chica. Todo el mundo se reirá de ti. Hasta cuando tenía 13 años y tenía que jugar con los chicos porque era demasiado buena para jugar con las chicas. A cuando tenía 16 años y me dijeron que no podía jugar en el equipo de los chicos porque no había vestuarios. Tenía que cambiarme en casa y venir al campo con mi equipo mientras los chicos podían cambiarse allí. Toda mi vida ha habido algún imbécil como tú diciéndome que no soy ni la mitad de buena de lo que creo. Y ahora tengo la confianza suficiente para decirte que no eres ni la mitad de bueno de lo que crees que eres. Es hora de que reconozcas que somos tan buenas como cualquier persona".
Los representantes de la FA se marcharon y acordaron igualar el premio en metálico que todavía tenemos hoy. Fue un momento increíble.
Si pudieras cambiar algo en el fútbol, ¿qué sería?
Me gustaría que la FIFA me tratara como a un igual y negociar con ella. ¿No sería maravilloso que tuviéramos un convenio colectivo para la Copa Mundial, de modo que todos los jugadores, independientemente del país del que procedan, tuvieran los mismos derechos y los mismos ingresos? Significaría que todos los países que no pueden negociar por sí mismos podrían beneficiarse realmente.
¿Hay alguien en el mundo sindical o en el deporte en general que te inspire?
Hay dos personas en las que pienso inmediatamente: Brendan Schwab y Takuya Yamazaki [presidente de FIFPRO Asia/Oceanía]. Brendan fue la primera persona que me apoyó cuando fundé la NZPFA. A día de hoy, disfruto pasando tiempo con él porque siempre me está desafiando. Siempre se asegura de que consigas el mejor trato posible. Si cree que no estoy haciendo lo correcto, me lo dice. Además también te regalará un libro para que leas sobre alguien que le inspire.
No tengo más que respeto por Takuya Yamazaki. Es el amigo más generoso, respetuoso y alentador que he tenido. Te hablaba del trabajo que estoy haciendo con los atletas olímpicos; él me ha apoyado mucho en esa labor.
¿Cuál es su mejor recuerdo futbolístico hasta la fecha?
Nueva Zelanda se clasifica para el Mundial masculino de Sudáfrica 2010. Era la primera vez que se clasificaban desde 1982. Es una historia extraordinaria. Tuvimos que jugar nuestro último partido de clasificación en casa, contra Bahréin. La FA quería organizarlo en Auckland pero la mayoría de los jugadores querían jugar en Wellington, también porque ocho de los All Whites jugaban en Wellington. Auckland nunca había atraído a más de 5.000 espectadores. Querían jugar en Wellington ante su público y llenar el estadio, con capacidad para 35.000 espectadores. Como todos los jugadores eran miembros de la NZPFA, mi trabajo consistía en conseguir que el partido se trasladara a Wellington y se llenara el estadio. Tuve que emplear todos mis conocimientos jurídicos para conseguir el traslado del partido.
Conseguimos ganar el partido, ir al Mundial y establecer un récord de espectadores en Nueva Zelanda. Es poco menos que un milagro y sin duda mi mejor recuerdo futbolístico.
¿Qué te motiva a diario?
Hacer cosas por nuestros atletas que nunca antes se habían hecho, como ganar un caso para los deportistas olímpicos que nadie pensaba que se pudiera ganar. ¿No es genial que tengamos el privilegio de hacer cosas así? Eso es lo que realmente me motiva. Ah, y el café también es una motivación importante.