En la República Democrática del Congo los campeonatos profesionales llevan cuatro meses paralizados. Y nada hace pensar que la situación, dramática en más de un aspecto (en particular para los futbolistas, cuyos contratos no son respetados), pueda revertir a la normalidad.
Para Herita Ilunga, presidente del Sindicato Congoleño de Futbolistas (UFC), ya no es posible titubear: ha llegado la hora de emprender una profunda reforma. ¿Se escuchará el mensaje del antiguo capitán de los Leopardos?
Herita, ¿cómo explica la paralización total de los campeonatos profesionales en la República Democrática del Congo?
Hace ya muchos años que la organización de los campeonatos nacionales no es satisfactoria, por utilizar un eufemismo suave. Pese a que se han realizado esfuerzos considerables, pues nuestros clubes de élite ya no disputan varias competiciones simultáneamente, se ha hecho obvio que la fórmula adoptada en 2018, con una liga única, la Linafoot, no es viable económicamente.
Es decir…
No voy a descubrirle nada si digo que la República Democrática del Congo es inmensa (NdeR: tiene 2.345.410 km y es la undécima superficie mundial). Desplazarse por el interior del país en las condiciones que requiere la práctica de un deporte profesional es costoso. Si los campeonatos se han detenido actualmente es porque la mayoría de clubes no puede afrontar ya los gastos que generan los desplazamientos. Por añadidura, algunos incurrieron en gastos excesivos pues, después de haber realizado grandes esfuerzos económicos, en ocasiones tuvieron que darse media vuelta, ya que el estadio previsto inicialmente para el partido albergaba otro evento. Increíble, pero cierto.
¿Y las repercusiones de la crisis sanitaria?
En parte, incluso al finalizar la pandemia, el Estado echó mano al bolsillo para relanzar no solamente el fútbol sino el conjunto del deporte congoleño. Pero esa ayuda, en un principio salvadora, no ha resistido a las realidades económicas del país y a otras prioridades que debe afrontar el Estado.
Entonces, ¿sin el dinero del Estado la economía del fútbol congoleño es tan precaria?
El mecenazgo tiene sus límites y los presidentes de la inmensa mayoría de nuestros clubes no pueden invertir sin hacer cuentas. Y sobre todo sin esperanza de retorno. En nuestro fútbol el campeón recibe 100.000 dólares, lo cual ni siquiera cubre los costes de desplazamiento. Ese es el centro del problema. Para tratar de salir del letargo en que se han sumido nuestras competiciones, algunos han exigido incluso que la subvención asignada por la FIFA para el desarrollo del fútbol nacional se destine a sacar a flote las cajas de los clubes, y a permitir el reinicio de las competiciones. Era evidente que la federación internacional se opondría a ello, como ha sido el caso, y siendo causa de no admisión pues ese dinero no estaba destinado a dar vida a nuestros campeonatos.
¿Cómo salir del punto muerto?
Primeramente, es necesario reanudar el diálogo entre la Federación y la Liga profesional, por una parte, y la asociación de los clubes, por otra. En UFC, seguimos debatiendo unos con otros, y todos saben que estamos dispuestos y decididos a sentarnos a la mesa, pues en ello va el futuro del fútbol en la República Democrática del Congo, el porvenir de gran número de jugadores, actualmente en peligro pues la totalidad o casi todos los clubes, ya en gran dificultad antes del cese de las competiciones, no pueden seguir respetando los contratos ni pagando los salarios.
Por lo tanto, existe también una urgencia social…
Efectivamente, y UFC, con la mayor regularidad posible, está en contacto con los futbolistas para escucharlos, apoyarles y ayudarles. Al tiempo que manteniendo para ellos el discurso de la verdad durante los próximos meses. Es necesario decidirse a resolver el cese definitivo de los campeonatos profesionales. Teniendo en cuenta el número de jornadas que queda por disputar, es imposible finalizar las competiciones dentro de los límites impuestos por la FIFA en cada país y, de todas formas, nos opondremos a ello para preservar la salud de los jugadores. Sería demasiado peligroso someterles al ritmo de trabajo demencial que impondría la firme voluntad de reanudar y finalizar el campeonato, cueste lo que cueste.
Esta idea es compartida…
La razón debe prevalecer y pienso que prevalecerá. Nos aseguraremos de ello.
¿Y después?
Como comento regularmente con Lambert Osango, presidente de la Asociación de clubes, se ha tornado obligatorio, teniendo en cuenta la economía de nuestro fútbol, trabajar en una revisión profunda de los campeonatos a su reinicio. Por el momento la solución que nos parece más adecuada es una fórmula de zonas geográficas, clasificatoria para los play-offs. Si la liga única es, desde luego, deportivamente y para los seguidores, la mejor solución, la más sencilla, lamentablemente no es, como pensamos, la panacea, pues no resiste ante las realidades económicas de nuestro fútbol: pocos patrocinadores o ninguno, pocas subvenciones o ninguna, e infraestructuras gravemente defectuosas…
¿Se refiere a los estadios?
Con la excepción del TP Mazembe, nuestros equipos clasificados para las competiciones continentales juegan todos sus encuentros en desplazamiento, ya que las instalaciones no están homologadas por la CAF. En este caso también se requiere encontrar soluciones. Nuestro fútbol se encuentra entre los mejores del continente, la calidad de nuestros jugadores está demostrada, pero ante las condiciones en que practican su profesión, ante la falta de respeto de los contratos y el impago de los salarios, frente a la crisis social que les azota, ¿pueden creer en el futuro? Cada día que pasa ve a nuestro fútbol perder parte de su atractivo y, por esa razón, solemnemente y en nombre de todos los futbolistas congoleños, UFC llama a la concordia para salvar nuestro fútbol y volverle a dar el lugar que le corresponde a nivel internacional. Ya no hay tiempo para la discordia sino para la unión firme.