
Más de 30 sindicatos miembro de FIFPRO organizan campos de entrenamiento para jugadores sin contrato. Medic se unió en 2017 al organizado por HUNS. El campus dio un importante impulso a su carrera y ahora juega en el Ajax holandés.
Por Jakov Medic
En el verano de 2017 tenía 18 años y no tenía club. Había jugado un año en el NK Istra de la primera división croata y no podía continuar ahí. Me costó mucho encontrar otro club.
Hablé del tema con mi tío, Dario Simic, que entonces era el presidente del sindicato croata de jugadores HUNS. Mi tío jugó 100 veces con nuestro país y ganó dos Ligas de Campeones con el AC Milan.
Me informó del campo de entrenamiento que el sindicato organiza cada año para los futbolistas que buscan un nuevo contrato. Me dijo que podía ir allí, entrenarme con otros futbolistas profesionales y jugar partidos amistosos contra equipos profesionales. Era una oportunidad para demostrar mi talento y probar que podía jugar al fútbol profesional.
La concentración duró dos semanas y el equipo era una mezcla de jugadores jóvenes y veteranos que habían jugado en primera división o en el extranjero. El equipo tenía dos entrenadores que se ocupaban de cada sesión de entrenamiento. También tenía fisioterapeutas. Daba la sensación de que éramos un club profesional de verdad, no un grupo de jugadores venidos de todas partes. Entrenábamos como jugadores profesionales.
El sindicato consiguió que todos los futbolistas estuvieran contentos y juntos. Había un ambiente positivo ya que todos tenían el mismo objetivo: encontrar un nuevo club. Conocí a muchos jugadores, aprendí de su experiencia y escuché historias sobre sus carreras.
Como sólo tenía 18 años era bueno estar rodeado de jugadores buenos y con experiencia. Es mucho mejor que entrenar solo. Hay ejercicios que no puedes hacer solo y necesitas a otros jugadores para estar en forma para los partidos.
El campamento me ayudó mucho mentalmente: me ayudó a ganar confianza en mí mismo y supe que podía jugar al fútbol profesional. Me sentí como un jugador.

Tuvimos un par de partidos amistosos y también participamos en un Torneo FIFPRO, en el que nos enfrentamos a equipos de sindicatos de jugadores de Montenegro, Serbia y Eslovenia. En total jugué tres partidos y marqué en la semifinal contra Eslovenia. Ganamos el torneo, que se celebró en el estadio del Dínamo de Zagreb, no el grande, sino el segundo campo. Había muchos entrenadores de varios clubes, incluidos algunos del Dínamo, lo cual estuvo bien.
Después de mi primer partido en el torneo, el presidente del Vinogradar, un equipo de tercera división, llamó a mi padre cinco veces diciéndole que tenía que ir a su club. Y fui. Era el paso correcto. Como jugador joven es importante jugar y no estar sentado en el banco de suplentes. Necesitas jugar partidos para ganar experiencia y confianza y yo tuve esa oportunidad en el Vinogradar.
Medio año después me quería el club alemán 1. FC Nurnberg. Habían visto un vídeo mío y me invitaron a una prueba. El primer día de entrenamiento los convencí y me ficharon.
Era un nuevo capítulo en mi vida y supuso un reto: todavía era joven (19 años), vivía sin familia en un país nuevo, con gente nueva y un idioma nuevo. Crecí mucho. Estoy orgulloso de cómo me desarrollé. Pasé de lo más bajo a lo más alto. De no tener club a la tercera liga en Croacia, luego al cuarto nivel en Alemania, la segunda Bundesliga, y al Ajax, donde fiché el verano pasado.



Tuve un año difícil en el Ajax. El club tuvo una de sus peores temporadas. Así es el fútbol. Pero también es una gran experiencia para mí.
Fue especial unirme a un club tan grande. Me hubiese encantado jugar más minutos esta temporada, pero sigo apoyando mi decisión de unirme a este club tan especial. Todo el mundo sabe lo que es el Ajax.
Siempre hay que dar lo mejor de uno mismo en los entrenamientos, porque nunca se sabe cuándo llega la oportunidad. Puede que el entrenador te necesite para el siguiente partido y entonces tienes que estar preparado para demostrar lo que sabes hacer. Si no estás preparado puede que no tengas más oportunidades.
El fútbol es duro y por eso hay que ser fuerte mentalmente. Tengo que ser paciente, seguir trabajando duro y entonces todo irá mejor. Siempre se dice que después de la lluvia viene el sol.
La concentración del sindicato fue buena para mi carrera. Me dio la confianza de estar preparado para ir a otro club. Puedo recomendar a los jugadores que no tienen contrato que vayan a entrenarse con el sindicato porque te ayudarán a prepararte para el futuro.