
- Los futbolistas panameños, con ayuda del sindicato AFUTPA, denuncian las malas condiciones de algunas canchas del país
- AFUTPA logró que se clausuren algunos estadios pero sigue luchando por mejoras para las tres principales divisiones, dos masculinas y una femenina
- Marlon Ávila, que sufrió la rotura del LCA en 2024 por culpa del césped, habló con FIFPRO
Desde hace demasiado tiempo que los y las futbolistas de Panamá conviven a diario con una de las peores sensaciones que puede experimentar un profesional del fútbol: el miedo a sufrir una grave lesión y estar fuera de los campos de juego por largo tiempo.
La razón es el estado deficiente de varios campos de juego en los que se desarrollan las tres categorías más importantes de país: la Primera y Segunda División masculinas y la Primera División femenina.
La Asociación de Futbolistas Profesionales de Panamá (AFUTPA) ha denunciado la situación en reiteradas oportunidades durante los últimos años, habiendo conseguido sólo respuestas parciales por parte de las autoridades gubernamentales y del fútbol.
“Nuestra principal preocupación radica en el estado de las canchas sintéticas, muchas de las cuales presentan un deterioro considerable debido a la falta de mantenimiento, convirtiéndose en un riesgo para la salud e integridad de los y las futbolistas”, le detalla a FIFPRO Juan Ramón Solís, director ejecutivo de AFUTPA.
“Asimismo, hemos solicitado mejoras en la iluminación de los estadios, lo que impacta directamente en la calidad del espectáculo y en la imagen comercial de los jugadores”.

La intervención exitosa más reciente de AFUTPA fue lograr que no se utilizara más para encuentros de la Segunda División masculina y de la Primera División femenina el Estadio de El Balboa, un recinto de béisbol no apto para la práctica del fútbol cuyas fotos se hicieron virales en febrero.
Previamente, además de involucrar al sector privado para mejorar las instalaciones, habían conseguido la clausura de otros estadios públicos, administrados por el Estado panameño, que en palabras de Solís “no cumplían con las condiciones mínimas para albergar competencias profesionales”.
Pero el camino es largo y las falencias están lejos de ser completamente solucionadas.
“Cada partido es una moneda al aire”
Marlon Ávila es uno de los futbolistas destacados del fútbol panameño. El lateral derecho del CAI, campeón del Torneo Clausura 2024, cerró la temporada siendo elegido el mejor defensa del año en la Gala AF11TPA.
Pero el inicio de 2024 fue una pesadilla: en un amistoso de pretemporada sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) por culpa del estado del césped sintético del Estadio de Los Andes II.




“Me vino un balón largo. Yo controlé y, cuando me dispuse a atacar el balón para ir para adelante, se me trabó el talón. Sentí que la rótula se me movió para un lado y volvió. Ahí grité por mi rodilla”, recuerda Marlon para FIFPRO.
“En ese estadio hubo colegas como Valentín Pimentel por ejemplo que tuvieron la misma lesión antes que yo. Es un campo que no está estable para jugar al fútbol y se sigue utilizando”, agrega con amargura.
Al recuperarse y volver a la actividad, Ávila debió jugar de nuevo en el mismo escenario. “La verdad es que estaba con bastante temor, nervioso por lo que había pasado. Por miedo a que me sucediese algo de nuevo jugué en taquillos, o sea prácticamente en zapatillas. Todavía tengo ese recelo de que me vuelva a lesionar como ya me pasó alguna vez”, revela.
La problemática de los campos es un tema habitual en las charlas entre jugadores. Los capitanes de los 12 equipos de la Liga tienen un grupo de whatsapp en el que se habla de diferentes temas.
“Los compañeros sabemos que, cada partido que vamos, la verdad es como una moneda al aire. Pueden pasar muchas cosas”.
El foco está puesto en los campos que son públicos. “ Hay canchas en las que jugamos que son buenas o muy buenas, pero hay otras que están pésimo. Las que son del Estado son las que están mal, mal”, afirma Marlon.
Además de la falta total de mantenimiento de los recintos, el uso excesivo es un problema grande en la visión del lateral: “No sólo juega la primera y segunda división sino que también se hacen muchas ligas deportivas que al final crean un desgaste en las canchas y lo resentimos nosotros, que es nuestro trabajo”.

Ávila lamenta la falta de apoyo gubernamental comparándola con el béisbol, deporte muy popular en Panamá: “Si uno ve el estadio de béisbol en Chorrera y luego el estadio de fútbol, se va a echar a llorar. Y los dos son del Estado. Al final uno se llena de impotencia”.
Sin embargo, no se rinde: “Lo que queremos junto al gremio es para mejor. Siento que al final puede haber una solución si todas las partes se sientan y llega un buen acuerdo, que sería lo mejor tanto para el jugador como para liga y también para el país”.
Tres estadios, en la mira
Como prioridad AFUTPA tiene como objetivo la revisión de la condición de sede de encuentros oficiales de al menos tres estadios.
- Estadio de Los Andes II: es en el que Marlon Ávila sufrió su lesión. El informe del sindicato indica que contiene más de 40 desniveles y su césped sintético está en mal estado pese a haberse inaugurado en 2021. Es utilizado para todas las divisiones.
- Estadio Luis Ernesto “Cascarita” Tapia: remodelado en 2016, sostiene problemas críticos de grama sintética, pobre iluminación y camerinos en estado no óptimo. No se utiliza para fútbol masculino de primera división. Se utiliza para la Segunda División masculina y la Primera femenina. En 2024, Jael Pierre sufrió una grave lesión mientras corría solo celebrando un gol. VER VIDEO.
- Estadio Agustín Muquita Sánchez: renovado en 2009, presenta deterioro grave de su infraestructura en general, carpeta sintética en mal estado y pobre iluminación. Actualmente se utiliza para todos las categorías. No tiene una renovación programada de manera oficial.
Juan Ramón Solís apunta que AFUTPA seguirá “promoviendo acciones” para que las canchas “sean espacios adecuados, seguros e íntegros para la práctica profesional del deporte”.
El director ejecutivo del sindicato panameño concluyó: “La lucha por un fútbol justo y digno no es negociable”.