“Lo primero que quisiera decir es que no somos realmente un nuevo sindicato. Tenemos 25 años de existencia, y durante la mayor parte de ese periodo hemos pertenecido a FIFPRO,” manifiesta a FIFPRO Ebi Smolarek, presidente del PZP. Debido a problemas de gobernanza, el sindicato polaco fue suspendido durante dos años, hasta que regresó como miembro de FIFPRO en febrero del año pasado.
“Creo que lo estamos haciendo bien: tenemos 3.000 miembros, nuestra relación con otras partes interesadas es muy buena en este momento, y nuestros jugadores están siendo pagados a tiempo.”
Según Smolarek –antiguo jugador de Polonia, del Feyenoord y del Borussia Dortmund– la situación en el fútbol polaco ha cambiado debido a la pandemia de Covid-19. “He observado que los clubes tienen menos dinero para destinar a gastos pero, por otra parte, también están asignando sus finanzas de modo más realista. Quizá los salarios son más bajos, pero pagan.” Previamente, hubo clubes que ofrecieron salarios muy superiores, pero que finalmente no pudieron respetar sus contratos por carecer de recursos económicos. “Es un cambio positivo.”
Con las restricciones por Covid-19 desapareciendo de forma lenta pero segura en Polonia, Smolarek puede finalmente comenzar a programar de nuevo las visitas a los jugadores, que habían quedado en suspenso desde la irrupción de la variante ómicron, en noviembre. “Es siempre estupendo conocer a los jugadores: puedes explicarles lo que estás haciendo y, al mismo tiempo, les escuchas para saber lo que desean y el tipo de ayuda que necesitan.”
“Hemos recibido muchas solicitudes de información relativa a educación, especialmente para los futbolistas de segunda división. Esperan compaginar su carrera futbolística con los estudios. Podemos ayudarles, ofreciendo cursos y estudios, y conseguimos un descuento en las tasas académicas de hasta el 40 por ciento. Muchos jugadores están estudiando ahora mismo. Ofrecemos una variedad de cursos para todos los niveles, desde estudios universitarios a cursos para convertirse en empleado de almacén o en conductor de carretilla elevadora.”
Aunque la pandemia generó muchos problemas, tuvo también un efecto positivo, observa Smolarek. “Pudimos conseguir gran presencia ahí afuera: los jugadores y los medios de comunicación sabían cómo encontrarnos. Cuando los clubes estuvieron a punto de reducir los salarios de los jugadores un 50 por ciento, dimos a estos últimos asesoramiento jurídico, advirtiéndoles de que los clubes no podían ejecutar tal reducción. Después, hemos ayudado a numerosos jugadores en la negociación con sus clubes.”
“Todo ello contribuyó a mejorar nuestra reputación. Los jugadores saben que pueden acudir a nosotros en busca de ayuda.”
Smolarek disfruta de volver a estar entre los miembros de FIFPRO. “El valor añadido de ser miembro de FIFPRO es que nos reforzamos mutuamente. Los sindicatos se ayudan entre sí. Hay varios futbolistas españoles que juegan en Polonia. Si tienen alguna duda o problema, también pueden recurrir a nosotros, pues colaboramos con AFE, nuestro sindicato español de futbolistas.”
“Ese es el poder de FIFPRO.”
“Espero con impaciencia la próxima reunión con otros países de la Europa del Este, los días 5 y 6 de abril. La mayoría de nosotros aborda los mismos problemas, todos tenemos personal y presupuesto limitados, y todos deseamos lo mejor para nuestros jugadores. Podemos intercambiar experiencias y mejores prácticas, lo que hace que esas reuniones sean de inmenso valor.”
