Aida Ponce Del Castillo 2

Todos los trabajadores tienen derecho a la privacidad y los jugadores necesitan un plan para protegerla

Perspectivas

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La tecnología transforma nuestro lugar de trabajo. Promete oportunidades para algunos, genera temor en otros y no deja a nadie indiferente. Plantea preguntas complejas para todos nosotros: ¿quién mantiene el poder, cómo lo está usando, y cómo conseguimos que dé cuenta de ello? Y cuando la velocidad del cambio se acelera –cuando la próxima ola de la inteligencia artificial ya está aquí, en nuestros teléfonos– comenzamos a preguntarnos si nuestros gobiernos y reguladores pueden incluso mantener ese ritmo. ¿Quién defenderá nuestros intereses? ¿Cómo podemos proteger nuestros derechos fundamentales como seres humanos y trabajadores?

Datos en el campo de juego

El fútbol no es una excepción. En el espacio de unos pocos años, la innovación digital ha remodelado el lugar de trabajo en torno a los datos de los futbolistas. Desde el campo de entrenamiento al estadio, nuestra capacidad para captar, medir y analizar cada detalle del rendimiento atlético de un jugador –y cada reacción de su organismo, sobre un partido o una temporada entera– ha avanzado a velocidad de vértigo. Cada nueva cámara, cada nuevo sensor aporta una medición más exacta y mayor riqueza de datos. El potencial es enorme para los futbolistas y el staff técnico por igual, por no mencionar los intereses comerciales de los retransmisores, los diseñadores de juegos, publicistas y patrocinadores.

A medida que los datos se vuelven más claros, más variados, más detallados, nuevas aplicaciones pueden ayudar a gestionar la carga de trabajo de los jugadores, advertir las señales de fatiga y prevenir una lesión; ayudar a los entrenadores a afinar la estrategia y las tácticas de la jornada de partido; ayudar a los observadores a encontrar el talento adecuado, a partir de una base de datos de miles de integrantes. La inteligencia artificial, a medida que se desarrolla, creará nuevas herramientas de predicción sobre los aspectos críticos del rendimiento de un equipo; las implicaciones para el deporte, sus espectadores y sus socios comerciales son extraordinarias. Mientras los seres humanos practiquen deporte, seguirá siendo impredecible, pero la perspectiva de hallar una nueva ventaja competitiva, dentro y fuera del campo, siempre impulsará la innovación.

En medio de todo el clamor y el entusiasmo en torno a los datos, surge una cuestión fundamental: los futbolistas, como trabajadores, tienen derechos, por lo tanto, ¿cómo deben defenderse? Y de manera más general, ¿cuál es el mejor resultado para la profesión en su conjunto, en Europa y más allá? El modo en que los jugadores y sus sindicatos respondan a estas cuestiones podría modelar el deporte en los años venideros.

Derechos sobre los datos de los futbolistas: por qué los sindicatos deben desempeñar un papel integral

Derechos humanos y Derecho laboral

Por lo que respecta a la Ley, nadie parte de cero; ni por asomo. En toda Europa existe ya una densa red de tratados y reglamentos: desde el Convenio Europeo de Derechos Humanos, que salvaguarda las libertades de más de 670 millones de personas en 46 países, a las directivas de la Unión Europea sobre seguridad y salud, que regulan la mayoría de los aspectos del lugar de trabajo; por no mencionar la multitud de leyes y prácticas laborales de cada país.

Valorar si estas leyes están actualizadas, se aplican justamente o lo suficiente, es cuestión de la política nacional. No obstante es evidente que la revolución digital exige una revisión urgente de todas las leyes, comenzando por nuestros derechos básicos.

El Reglamento general de protección de datos (RGPD) de la Unión Europea fue la primera iniciativa pionera y, posiblemente, sea ahora una referencia mundial. En vigor desde el año 2018, pretende garantizar que todos los individuos disfruten el pleno control sobre sus datos personales. Prohíbe la recogida y el uso de la información personal más particular, como datos biométricos sobre nuestra salud, nuestro DNA e impresión vocal, nuestras creencias religiosas y opiniones políticas, así como nuestras afiliaciones. En suma, el RGPD no solo significa que nadie está a la venta: reafirma que somos seres humanos únicos, de dignidad inviolable, libres para ser quienes somos.

Y sin embargo, incluso con el beneficio de estas nuevas protecciones, los atletas y sus sindicatos, en Europa y más allá, afrontan difíciles cuestiones. Con frecuencia, estas son cuestiones de poder comercial, toma de decisiones políticas, y gobernanza. ¿Quién tiene acceso a los datos personales de los deportistas, más allá de sus empleadores? En el fútbol profesional el número de terceras partes con intereses comerciales es ya enorme y va en aumento.

¿Dónde se almacenan los datos de los futbolistas y qué significa para sus derechos jurídicos? El RGPD protege a todos los jugadores empleados en el Espacio Económico Europeo, así como a todos los atletas de la UE que ejercen su profesión en el extranjero, pero: ¿qué ocurre en el resto del mundo?; y ¿cómo se protegen los deportistas frente a la fuga de datos y al uso incorrecto de los mismos?

Cuidados con la recopilación y el uso de datos de rendimiento de los futbolistas

Un Manifiesto por la privacidad

En 2023, cuando la inteligencia artificial ocupa los titulares (quizá, literalmente), los atletas y sus sindicatos deben abordar estas cuestiones de frente. Tienen que establecer una serie de principios que les orienten. Habiendo trabajado en los aspectos jurídico y ético de estas cuestiones y cómo afectan a distintas partes de nuestra sociedad, creo que los deportistas pueden negociar un camino adelante. Mediante la negociación colectiva y en el diseño de sus contratos laborales, pueden asegurar sus derechos humanos y laborales y seguir explotando el valor deportivo de sus datos. Los siguientes diez principios representan un manifiesto por la privacidad; un código de conducta que afirma que todos los contratos laborales y convenios colectivos deben:

  1. garantizar que todo empleador o tercera parte respete plenamente la legislación europea y nacional al hacer uso de los datos de los atletas
  2. garantizar que los atletas mantengan el control pleno de sus datos y de cómo se empleen

  3. negociar convenios colectivos que establezcan estándares comunes en sectores enteros

  4. establecer límites claros sobre la comunicación de los datos personales

  5. garantizar medidas eficaces para presentar datos personales anónimos

  6. garantizar que los empleadores lleven a cabo evaluaciones de impacto y consulten a los sindicatos

  7. investigar si las decisiones que afectan a los jugadores están siendo mediadas por aplicaciones que utilizan inteligencia artificial

  8. establecer un proceso para refutar la toma de decisiones automatizada

  9. llevar la privacidad y la protección de datos a los reglamentos de los organismos rectores del deporte

  10. alentar a los atletas a presentar reclamaciones ante las autoridades de protección de datos

Ningún manifiesto por sí solo resolverá el problema. El progreso se basa en la confianza y en la buena voluntad de todas las partes. En la industria del fútbol actual, los jugadores y sus sindicatos tendrán que exigir garantías para sus intereses legítimos; no son los únicos presentes en la mesa de negociación.

Pero espero que estos diez principios puedan orientarles en las negociaciones y recordarles lo que es posible, necesario y justo. Por encima de todo, deben recordar que son trabajadores y tienen derecho a la privacidad: y eso no es negociable.

Aida Ponce Del Castillo
Sobre

Aída Ponce Del Castillo

Aída es investigadora senior en el Instituto Sindical Europeo (ETUI) y abogada cualificada especializada en ciencia y tecnología. Tiene un máster en Bioética y un doctorado en Derecho. Dentro de la Unidad de Perspectiva del ETUI, su investigación se centra en la perspectiva estratégica y en las cuestiones jurídicas, éticas, sociales y normativas de las tecnologías emergentes, incluida la gobernanza de la inteligencia artificial. Aída también ha sido nadadora internacional en aguas abiertas representando a México.