- La antigua internacional de Inglaterra, Karen Carney, se embarcó en una carrera en los medios deportivos antes de retirarse de su profesión como futbolista.
- Mediante su trabajo con Visa ha descubierto un nuevo interés en el mundo corporativo, al mismo tiempo que un modo de retribuir a la comunidad futbolística.
- Anima a todos los jugadores a actualizar constantemente sus destrezas, para que ello les sitúe en una buena situación ante su retiro.
Durante el tiempo que pasé en el Chelsea, mi entrenadora, Emma Hayes, me llamó por teléfono un día cuando yo estaba en el campo de entrenamiento, recibiendo tratamiento. Me había visto en televisión la noche anterior, trabajando en el partido masculino del Chelsea, y me dijo que estaba realizando demasiado trabajo en los medios. Dijo que era solo una cuestión de tiempo que la situación me agotara, y que tenía que concentrarme en mi juego.
Por supuesto, en aquel momento mi atención principal era mi carrera deportiva. Por lo tanto, aunque en realidad no lo deseaba, me tomé un par de semanas en que todo mi tiempo libre fuera de fútbol lo pasaba en casa, recuperándome. Pero recibí otra llamada de Emma, preguntándome qué había estado haciendo en las últimas semanas: mi aspecto era el de una persona agotada. Expliqué que no había hecho otra cosa aparte de jugar al fútbol, y entonces me dijo: “De acuerdo; entonces, déjalo por un tiempo y ponte a hacer alguna otra cosa. Lo necesitas.”
En aquel momento nos lo tomamos a risa, pero la situación apuntaba a cómo funciono exactamente: obtengo mi energía por el hecho de hacer otras cosas; si no recibo estímulo constante, simplemente no alcanzo la mejor versión de mí misma.
Esto me sirvió muy bien para la vida después del fútbol, porque cuando llegó el momento de retirarme tenía ya una licenciatura en psicología y llevaba algún tiempo realizando trabajo para los medios. No obstante, seguía habiendo retos. Me abrumaban las tareas sencillas, como organizar una cita médica, planificar mis comidas y trabajar fuera del programa previsto: todas esas cosas predeterminadas para los futbolistas.
A pesar de los obstáculos, verdaderamente creo que mi periodo de transición se facilitó debido a la actualización de destrezas que realicé a lo largo de mi carrera. No es que yo me estuviera preparando para el retiro, o algo que ver con ello, sino que mis intereses fuera del fútbol y mi esfuerzo por realizarlos me ayudó a hacer lo que hago hoy en día. Al igual que muchos otros futbolistas, cuando dejé de jugar necesité otra línea de ingresos, pues carecía de los recursos para estar un año sin actividad, por lo que el elemento de mejora de la cualificación fue importante.
Visa se puso en contacto conmigo poco tiempo después de mi retiro, preguntándome si deseaba participar en la creación de un programa de desarrollo para ayudar a las futbolistas con su avance fuera del campo, The Second Half. Tras comprobar su pasión por el proyecto y el modo tangible en que podía ayudar a otras jugadoras, no lo dudé un momento.
Había estado operando en la naturaleza dinámica del fútbol, por lo que no estaba segura de ajustarme a un entorno corporativo, pero me sorprendí totalmente. Hay tantos aspectos de mi nuevo empleo que no sabía que existían, y me encontré disfrutando una nueva identidad y la rutina que existía fuera del fútbol. Comencé como asesora, y ahora curso un máster en Empresariales, para poder seguir avanzando y aportar mayor valor a la compañía, pues he descubierto algo que me apasiona.
“Cuanto más me adentraba en ello, más comprendía lo mucho que había aprendido”
No obstante, para descubrirlo, tuve que probarlo por mí misma, y de eso trata The Second Half: da a las jugadoras en activo y retiradas una visión profunda acerca de qué carreras y opciones podrían funcionar para ellas, y cómo realizarlas.
Existen diversas sesiones en línea dentro del programa, dedicadas a distintos temas, y cuando llegó el módulo que incluía el concepto de “Destrezas transferibles”, el Equipo Visa se expresó en la línea de: “Esto es para ti, Karen. Has transferido tus destrezas, ahora tienes que impartir tu experiencia”. Me pareció que aquello estaba totalmente fuera de mi alcance: crear una presentación, realizar la creación de marca… todo lo que nunca había hecho antes. Sin embargo, cuanto más me adentraba en ello, más comprendía lo mucho que había aprendido y lo mucho que tenía para compartir al respecto con otras jugadoras que un día estarían en la misma situación que yo. Fue un reto, pero me presenté allí y disfruté realizar las presentaciones: ello demuestra el modo en que nuestras capacidades son transferibles.
No hay dos futbolistas iguales, y ello tiene sentido pues vamos a seguir distintos caminos cuando dejemos el juego. Mi consejo sería que, con independencia de si estás ya retirado o acabas de embarcarte en tu carrera deportiva, debes concentrarte en actualizar tus cualificaciones. Quizá no sepas exactamente dónde vas a llegar, pero siempre será un buen uso de tu tiempo: tiempo que quizá no tengas cuando te retires.
Para algunas de vosotras, programas como The Second Half son la oportunidad perfecta para poner a prueba tu actitud mental fuera del campo. Sería ingenuo pensar que el fútbol va a durar para siempre, pero ello no significa que no puedas mantener un ojo sobre el balón y otro mirando hacia el futuro.
