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Moshiko Mishaelof: “Si tu compañero sufre una conmoción, sácale del partido"

Historias de futbolistas

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Moshiko Mishaelof

El exjugador israelí Moshiko Mishaelof aún tiene secuelas por una conmoción cerebral que padeció en 2016. Hoy, Moshiko es director general del sindicato de jugadores israelí IFPO. Él y su equipo están concientizando a los jugadores para que no sufran la misma experiencia.

Sucedió en 2016. Iban 15 o 20 minutos de partido cuando fui a cabecear y un delantero saltó conmigo y me golpeó en la cabeza. Me caí y perdí el conocimiento durante un minuto. Me atendieron en el campo durante ocho. El árbitro señaló que debía ser sustituido, los jugadores lo dijeron, el médico también.

Pero dije que no. Discutí con el árbitro y con nuestro fisioterapeuta, no quería que me sustituyeran. El entrenador se dio cuenta y no me sacó porque estaba jugando un buen partido. Me dijo: "Dentro de cinco minutos confirmaremos si estás bien. Si no lo estás, te sustituiré".

El partido continuó, nos pusimos 1-0. El portero me preguntó por el marcador y no lo sabía. Se dio cuenta de que no estaba bien y llamó al árbitro, que le dijo al médico que me sustituyera. Pero el técnico se negó.

En el descanso, mi médico y el del otro equipo me revisaron y ambos dijeron que debía ser sustituido. De nuevo, el entrenador no quiso hacerlo. Jugué todo el partido. Después el médico me llevó al hospital para ver si tenía una conmoción cerebral. El médico del hospital dijo que estaba loco por haber jugado ese partido: “Si hubieras recibido otro golpe, podría haber sucedido algo terrible”. Sin embargo, jugué otro partido unos días después.

Cuando eres jugador profesional y capitán, tu equipo te necesita. Así que, si me dicen que descanse para poder jugar de nuevo en cuatro días, lo haré. Así es como razono. No piensas demasiado en ello. Solo quieres jugar.

Una semana más tarde, estaba viendo la televisión y vi lo que me ocurrió durante el partido. Me di cuenta de cómo me había caído, de que estaba mareado después del golpe. Me di cuenta de que había cometido un gran error al seguir jugando.

No fui yo quien cometió el error, el club cometió el error. Deberían haber escuchado al médico.

Como jugador profesional, uno sólo piensa en ganar el partido. En ese momento, no podemos tomar la decisión correcta. Te entrenas para que cuando te lesiones, te levantes y sigas jugando. No dejas el partido.

No recuerdo nada de ese partido. Es como un día que se borró de mi memoria. Más tarde hablé de ello con el árbitro, que ahora es un buen amigo mío. Me dijo que pidió hasta cinco veces que me sustituyeran.

“Desde esa conmoción cerebral, sufro muchos dolores de cabeza. Tengo dificultades para concentrarme. ”

— por Moshiko Mishaelof

El entrenador, que también es un buen amigo, sigue sin entenderlo: “Te dejé jugar y fuiste el mejor jugador del partido”. Le dije que era un estúpido.

Desde esa conmoción cerebral, sufro muchos dolores de cabeza. Tengo dificultades para concentrarme. No puedo leer artículos largos porque se me ponen los ojos en blanco. Intento estudiar, pero después de 20 minutos, la cabeza me empieza a dar vueltas y tengo que descansar.

No puedo subirme a carruseles ni a montañas rusas con mis hijos. Si lo hago, me siento mal durante dos semanas. Si mi hijo me lo pide, lo hago porque soy su padre. Pero después me siento muy mareado y no puedo volver a hacerlo. Me siento muy mal por ello. Mi hijo quiere divertirse y yo siento que le estoy decepcionando. Pero así es mi vida ahora, intento por todos los medios encontrar una solución para dar a mis hijos lo que quieren.

A principios de este año, nuestro sindicato lanzó una campaña para concientizar a los jugadores y al público en general. Creamos un video en el que un portero y yo hablamos de nuestras experiencias, un médico resume los síntomas y decimos a los jugadores cómo reaccionar. En nuestro próximo video participarán más jugadores femeninos y masculinos, así como las selecciones nacionales juntas. Lo crearemos con la Federación israelí.

El video está en nuestras redes sociales, especialmente en Instagram, porque es donde están los jugadores. También tenemos videos más cortos con jugadores que dicen que es importante tener cuidado con nuestra cabeza, porque una vez que el cerebro se daña, no se puede arreglar como se puede hacer con otras lesiones. Promocionaremos esta campaña durante todo un año.

En 2018, después de lo que me ocurrió a mí y a otros jugadores, se cambiaron las normas del fútbol israelí. Ahora, es decisión del médico retirar a un jugador que tiene una conmoción cerebral. Sin embargo, sé que todavía hay clubes en los que los directivos presionan mucho a los médicos para que dejen jugar a los jugadores.

Por eso pedimos a los jugadores que se cuiden entre ellos. Mis compañeros me conocen mejor que nadie, incluso que el entrenador o el médico. Me ven todos los días. Juegan conmigo, comen conmigo, hablan conmigo. Se dan cuenta si algo va mal.

Y si notan que no estoy bien, entonces tomen esa decisión por mí: ¡sáquenme del partido!