El paquete incluía una recomendación detallada sobre la reducción de salarios durante un periodo limitado, que tanto el sindicato de futbolistas como la asociación de clubes consideraron razonable y necesario a la luz de la crisis de COVID-19. La reducción salarial estuvo orientada por el principio de que los más fuertes debían soportar la carga más gravosa. No se recomendó aplicar ninguna reducción mientras no se alcanzase determinada suma salarial. Una vez superada la cantidad previamente establecida que no debía sufrir ninguna reducción, a mayor salario mayor porcentaje de reducción salarial se aplicó, dentro de un margen de entre el 5% y el 20% como máximo.
Se instó encarecidamente a los clubes a que el ahorro de costes conseguido no se utilizara para contratar a nuevos jugadores. Teniendo en cuenta que esto era meramente una recomendación, los jugadores y los clubes aún tuvieron que acordar individualmente una reducción salarial. Aun así, la amplia mayoría de futbolistas y de clubes siguieron la recomendación de los interlocutores sociales en los Países Bajos, y de esa forma los futbolistas han asistido notablemente a los clubes durante la crisis. Al mismo tiempo, el sindicato de futbolistas y la asociación de clubes decidieron ampliar el convenio colectivo de trabajo 3 años más, dando ejemplo de su excelente cooperación a nivel nacional.
