Siete jugadores han sido nominados por sus sindicatos para los Premios al Mérito FIFPRO 2023. FIFPRO anunciará los ganadores en las tres categorías (activismo, impacto y voz) durante su asamblea general anual, que se celebrará en Sudáfrica, el jueves 23 de noviembre. Sebastian Strandvall, jugador finlandés que utilizó su voz para concientizar sobre temas como los derechos humanos, la discriminación, la igualdad, la inclusión y los derechos de los atletas, es uno de los nominados.
Por Sebastian Strandvall
Hace pocos días jugué mi último partido para el Vaasan Palloseura (VPS). Poco antes, en uno de mis últimos partidos en casa, recibí una bienvenida especial y un homenaje en forma de tifo por parte de los seguidores del VPS. Y luego ganamos al equipo número uno, el HJK, en la última jugada del encuentro. Entré como suplente a último momento y ejecuté el saque de esquina con el que marcamos. Fue un día mágico.
Empecé mi carrera en el VIFK, el otro equipo de Vaasa. En aquel entonces dije que nunca jugaría para el VPS, ya que es el equipo rival. Pero en el fútbol ocurren cosas que no se pueden prever: acabé jugando más de 300 partidos con el VPS.
Como en la vida, donde me desarrollé como ser humano, también maduré como futbolista. Cuando empecé, solo pensaba en los partidos, pero a medida que fui creciendo, empecé a pensar también en los problemas que ocurrían fuera del campo. Fue algo natural. En algún momento me di cuenta de que tenía una voz y una plataforma. Soy muy conocido, sobre todo en Vaasa, pero también en Finlandia. Algunas personas me escuchan cuando hablo en entrevistas o en las redes sociales.
Lo que me parece asombroso es lo mucho que podemos aportar como comunidad futbolística, especialmente cuando nos apoyamos mutuamente. Ese es uno de los principales mensajes de nuestro sindicato de futbolistas: que somos más fuertes cuando estamos juntos.
Está en mi carácter querer ayudar siempre que pueda y siempre que sienta que puedo influir en las personas que lo necesitan. No creo que tu deber como atleta sea posicionarte sobre todos los temas, pero si tienes la oportunidad y sientes que te importa, entonces es bueno que lo hagas.
Hablé de la situación de los deportistas profesionales en Finlandia ya que por ley no se nos considera trabajadores normales. A diferencia de ellos, los atletas en paro no disfrutan de ayudas económicas relacionadas con sus ingresos y nuestro seguro solo cubre las lesiones causadas por accidentes, lo que ha llevado a jugadores a tener que pagar facturas enormes por operaciones quirúrgicas o recuperación.
Queremos cambiar la ley. Con un mejor sistema de apoyo, más jóvenes soñarán con convertirse en deportistas profesionales. Si conseguimos que más chavales sueñen con eso, al final conseguiremos más jugadores de talento y eso mejorará nuestros equipos y nuestras selecciones nacionales.
Hablé de esto durante un programa de radio, y recibí muchísimos mensajes de amigos y conocidos, pero también de gente que no conocía, que se encontraba conmigo por la calle o me enviaba un mensaje en las redes sociales, diciendo: "No sabía esto sobre los deportistas en Finlandia".
Las cosas aún no han cambiado, pero la gente está presionando para mejorar los derechos de los atletas, lo que me hace albergar esperanzas de que se va a producir un cambio para crear mejores oportunidades para las generaciones más jóvenes.
No me resulta difícil debatir sobre ningún tipo de tema. Para mí es fácil hablar de racismo e igualdad porque mi postura está clara al cien por cien: me opongo a toda forma de discriminación y racismo. Otros temas pueden ser más complicados, ya que necesitaría tener más información sobre algunos de ellos. El vestuario puede ser un foro agradable, donde se puede hablar de un tema y obtener diferentes puntos de vista. Muchas veces hablé con mis compañeros antes de hacerlo públicamente.
En 2018, cuando nuestro equipo regresó de un partido en el extranjero, las fuerzas de seguridad fronteriza pararon y controlaron a todos nuestros jugadores negros y a ninguno de nuestros futbolitas blancos. Como capitán del equipo pregunté por qué. Quería quedarme con mis compañeros, pero las fuerzas de seguridad fronteriza insistieron en que me fuera.
Mientras esperaba en el autobús con el resto de nuestro equipo, ignorante de lo que estaba ocurriendo, pregunté a mis compañeros qué opinaban al respecto. A nosotros no nos parecía correcto. Cuando los jugadores negros se unieron a nosotros en el autobús, mencionaron que se sintieron discriminados y señalados. Decidí tuitear sobre el comportamiento de las fuerzas de seguridad fronteriza.
Esto dio lugar a grandes debates. Yo, entre otros, recibí una llamada del jefe de seguridad fronteriza que quería saber lo que había pasado. Inició una investigación que concluyó que la seguridad fronteriza no era correcta. Tuvieron que cambiar su protocolo para prohibir la aplicación de perfiles raciales y su personal recibió una advertencia. Estaba contento con el resultado. No era mi intención señalar a nadie. Tan solo quería plantear la cuestión de si, como sociedad, pensamos que este trato había estado correcto.
El año pasado, una tarde estaba navegando por Twitter y me fijé en un mensaje de una de las cuentas iraníes que sigo desde que jugué allí. Vi una cara conocida, mi antiguo compañero de equipo Amir Nasr-Azadani. Leí que fue condenado a muerte...
Me quedé de piedra. Podía sentir los latidos de mi corazón. No podía irme a dormir. Tenía que hacer algo. Escribí un tuit y etiqueté al sindicato finlandés de jugadores, el JPY. Me fui a la cama. Cuando me desperté, el director ejecutivo del JPY, Panu Autio, me llamó y hablamos sobre nuestras opciones.
Involucramos a FIFPRO, que vino con una declaración en la que pedía la retirada del castigo a Amir.
Entonces, de repente, mucha gente empezó a hablar de esto en la comunidad futbolística, incluidos jugadores con muchos más seguidores en las redes sociales que yo, como Luis Suárez y Radamel Falcao. Tuvo un enorme efecto de bola de nieve.
Concedí muchas entrevistas a la BBC, la CNN, Sky News, la cadena española SER, y varios periódicos y emisoras de radio y televisión finlandeses. No sé ni cuántas entrevistas concedí, pero mereció la pena. Para mí fue un esfuerzo muy pequeño en comparación con la terrible situación de millones de personas en Irán. Creo que ayudó a Amir. En enero de este año fue condenado a 26 años de prisión.
Sigo buscando regularmente su nombre en Google o Twitter para ver si hay alguna noticia sobre Amir. Espero que pueda ser libre algún día, ojalá sea pronto.
Aunque esta situación me ha afectado, no me compadezco de mí mismo. Soy un privilegiado. Vivo en uno de los países más seguros del mundo. Y mis problemas son minúsculos en comparación con los de Amir. No se trataba de mí. Esto era para Amir.
Espero que los jugadores, que se interesan por algo más que lo que ocurre en el campo, se den cuenta de que, como comunidad futbolística, tenemos grandes oportunidades de conseguir cosas juntos. Como comunidad, somos fuertes. Los jugadores deben aprovechar nuestra maravillosa comunidad para ayudar a los demás. Un día puede que seas tú quien necesite esta ayuda.