- Patrik Lê Giang es uno de los siete nominados al Premio al Mérito de FIFPRO.
- El guardameta eslovaco del club checo Bohemians 1905 ha establecido su propia fundación, que subasta camisetas de futbolistas para captar fondos destinados a niños en situación de necesidad.
- Recientemente, ha participado en los proyectos ‘Enjoy Life’ para renovar escuelas en Indonesia.
- FIFPRO presentará los Premios al Mérito 2021 durante la Asamblea General que se celebrará la próxima semana en París (Francia).
Ellos me han enseñado a seguir mis objetivos a toda costa, pero en lugar de dar pasos de gigante –con los cuales seguramente me heriría en la caída– pequeños pasos son los que me impulsan adelante.
Esa es la filosofía tras nuestra fundación “Step by Step”, pues nos recuerda que, no importa lo pequeña que sea nuestra aportación, nos hace avanzar en la dirección correcta. ¿Y si caemos? Entonces, un pequeño paso nos pondrá de nuevo en la senda de hacer del mundo un lugar mejor.
Cuando era un niño, me fijé el objetivo de que, cuando me convirtiera en futbolista, volvería a Fil'akovo, la ciudad donde crecí, y donaría un conjunto de camisetas a mi antigua escuela. Me ha costado diez años conseguirlo, y ello me ha brindado orgullo y felicidad inmensos.
Cada año, mi antigua escuela celebra un torneo anual de fútbol, en el que yo mismo participé cuando estaba creciendo (y créeme: ¡para mí era como participar en la Copa Mundial!). La competición implica también presentaciones motivacionales y educativas; esta vez participé como orador. Deseaba animar a los niños a superar los límites invisibles que la vida pondrá en su camino, a sentarse en esos banquillos y soñar con volver para donar sus camisetas, justo como había hecho yo.
Fue después de esta experiencia cuando comprendí que podría ser visto como un modelo de conducta para esos niños, y tenía la responsabilidad de sentar un buen ejemplo. Soy tan afortunado en la vida, que he alcanzado mis sueños y me he convertido en futbolista profesional y es el momento de retribuir. Si los niños admiran a los futbolistas, no debería ser por ver a alguien que conduce un coche veloz y tiene mucho dinero, sino a alguien que aprovecha su influencia para mejorar su comunidad. Comprendí que, si deseaba inspirar a otros, tenía que ser mejor futbolista, no solo en mi capacidad como guardameta, sino en el hombre que era fuera del campo de juego: y ahí es donde comenzó la fundación Step by Step.
Junto con mis colegas, recopilo recuerdos de los partidos, como camisetas y guantes, y los vendo en subasta, destinando lo obtenido a ayudar a niños de todo el mundo. Si bien el objetivo principal es, por supuesto, proporcionar apoyo económico a quienes más lo necesitan, nos centramos también en el objetivo de inspirar a las generaciones más jóvenes para ser mejores personas, para ayudar a quienes lo necesitan y cuidar el planeta que todos compartimos. Como segunda fase, vendemos pulseras de la marca –no solo para captar fondos– sino también como recordatorio a los niños que las compran, de que están ayudando a hacer del mundo un lugar mejor.
Uno de nuestros proyectos con la fundación Step by Step es ayudar a Martinka, una joven de Eslovaquia. Los problemas de salud de Martinka comenzaron incluso antes de nacer, y se pensó que nunca podría andar por sí misma. Hoy estamos ayudándola a captar fondos para una terapia especializada de células madre, en México, pero ha comenzado ya a realizar un gran avance. Precisamente la semana pasada, conocí a su madre, que me mostró un vídeo de la chica caminando tras la primera cirugía, y las palabras no pueden describir la determinación que sentí en ese momento; es una emoción tan profunda desear marcar la diferencia en la vida de otro ser humano y, al igual que Martinka, asumiremos nuestra misión paso a paso.
Recientemente, hemos comenzado a trabajar con otra organización benéfica, ‘Enjoy Life’, que contribuye a mejorar la vida para niños de Eslovaquia e Indonesia. Fuimos a Lombok para contribuir a renovar una de las escuelas allí y mejorar las condiciones de vida para los 50 huérfanos que solicitaron un edificio de acogida. No se trataba únicamente de la infraestructura física, sino también de proporcionar mejor formación tras las actividades de la escuela, y un entorno más saludable en general.
La segunda escuela con la que participó Step-by-Step estaba en el archipiélago indonesio Gili Air, donde comenzamos un proyecto piloto de parque infantil. Cada niño puede estudiar y jugar libremente; todo lo que tienen que hacer es traer una bolsa de basura recogida de la playa para clasificar, separar y (cuando sea posible) reciclar. Al hacerlo así, recogen puntos que pueden ser intercambiados por equipamiento escolar y deportivo, actividades y torneos de fútbol. Enjoy Life trabaja con cuatro pilares de responsabilidad: ecología, formación, apoyo y conexión, y me encanta formar parte de ello.
El fútbol es un deporte que une a las personas de todo el mundo; es un interés común, un lenguaje universal, y un modo de conectar unos con otros. No importa dónde hayamos nacido, cuál sea el color de nuestra piel, o la cultura o raza de la que formemos parte: todos tenemos una vocación mayor en la vida. Por lo tanto, como futbolistas, considero que nuestra misión es mucho más importante que dar patadas a un balón o correr detrás de él: hay otros pasos que dar, y cada uno de ellos debería darse para hacer del mundo un lugar mejor.