Cedric Bakambu

Cédric Bakambu: "Quiero dar a estos niños las mismas oportunidades que yo tuve"

Historias de futbolistas

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Cedric Bakambu

Siete jugadores, hombres y mujeres, han sido nominados por sus sindicatos para los Premios al Mérito FIFPRO 2023. FIFPRO anunciará los ganadores en las tres categorías diferentes -Activismo, Impacto y Voz- durante su asamblea general anual, que se celebrará en Sudáfrica el jueves 23 de noviembre. 

Cedric Bakambu, internacional congoleño nacido en Francia y actualmente en el Galatasaray, es uno de los nominados. Su fundación tiene como objetivo el desarrollo de la población de la RD del Congo mediante la alfabetización, la salud, las nuevas tecnologías, el deporte y la historia del país.

Por Cédric Bakambu

Fue en mi primer viaje a la República Democrática del Congo, respondiendo a una convocatoria de la selección nacional, cuando se me ocurrió la idea de crear una fundación. Tenía 23 años y me impactaron las terribles condiciones de vida de innumerables niños. Me quedé estupefacto, física y moralmente devastado, ante tanta miseria, ante aquella mendicidad ineludible.

Recuerdo que mis pensamientos se volvieron entonces hacia mis padres.

¿Y si no hubieran abandonado su país y se hubieran trasladado a Francia, donde yo nací? ¿Habría sido yo también uno de esos niños, abandonado a su suerte, sin nada que esperar, sin esperanza, sin motivos para creer en el futuro?

Tenía que hacer algo, tenía que encontrar la manera de ofrecer a esos pobres niños perdidos las oportunidades que yo tuve cuando tenía su edad.

Me tomé el tiempo necesario para elaborar un proyecto coherente. Lo pensé y consulté a la gente. Como delantero, no tenía derecho a errar el tiro y mucho menos como padre de familia. Y el 12 de diciembre de 2019, justo cuando se gestaba la crisis sanitaria mundial de Covid-19, se fundó la fundación que lleva mi nombre.

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CBF Food Distr 06

Nuestras primeras actuaciones respondieron a emergencias médicas que superaban el marco que habíamos establecido para la fundación. Pero había que actuar, y actuar rápido. Así que, en colaboración con el Hospital Saint-Louis de París, programamos operaciones en Kinshasa, a las que viajaron cardiólogos y su equipo. Y desde entonces no hemos parado.

Desde el final de la crisis sanitaria mundial, la fundación se ha puesto las pilas y se organiza en torno a cinco ejes principales. Mi objetivo era crear una estructura de ayuda humanitaria eficaz y práctica para mejorar la vida cotidiana de los congoleños, y en particular de los jóvenes, tanto en Kinshasa como en todas las provincias de nuestro país, cuya inmensidad explica por sí sola que al principio nos viéramos obligados a concentrar nuestros esfuerzos en la capital.

A menudo se nos ha criticado por esto pero nuestro objetivo final es actuar en todo el país y, de hecho, ya estamos empezando a hacerlo. Las siete personas -incluido mi padre como vicepresidente- que componen nuestro equipo están trabajando en ello y tengo la firme intención -lo antes posible pero sin duda una vez que termine mi carrera, ya que entonces me dedicaré a tiempo completo a la fundación-, de visitar todas las provincias de nuestro país y ampliar allí las iniciativas, en particular aunando esfuerzos con todas las fundaciones de deportistas y artistas congoleños que hemos inspirado y con las que estamos deseando trabajar para aumentar las posibilidades y ofertas dirigidas a nuestros conciudadanos.

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Pero volvamos a los cinco grandes ámbitos de actividad de la Fundación, que expresan mi voluntad de comunicar, de compartir, de ayudar a los más desfavorecidos, no sólo de forma ocasional, sino dándoles los medios para tomar las riendas de su vida y construirse un futuro.

En primer lugar dar una oportunidad a todos aquellos que no han aprendido a leer y escribir. Por desgracia hay muchos niños en nuestro país que no dominan ninguna de las dos cosas. Por eso la alfabetización es esencial y por eso hemos decidido abrir las clases también a los padres, lo que permite además crear una dinámica positiva en el seno de las familias, en la que cada uno guía al otro. En la misma línea, apoyamos la educación básica ofreciendo herramientas adecuadas a varias escuelas primarias y secundarias y renovándolas periódicamente.

Siguiendo con el tema de la educación, que me toca especialmente de cerca, nuestras clases digitales, como las llamamos, facilitan el acceso a las nuevas tecnologías en todas las provincias gracias a las tabletas que estamos distribuyendo en las escuelas.

Para el desarrollo del deporte, principalmente del fútbol, además de donar material a los centros de entrenamiento, contribuimos a la formación de entrenadores para que quienes transmitan las técnicas tengan los conocimientos necesarios y la pericia requerida.

Y por último, con la financiación de los sitios históricos de nuestro país, hemos querido seguir animando a todas las generaciones a apreciar el valor de la historia de la RD del Congo y de esos sitios.

Obviamente, este recuento no es exhaustivo, y creo que se presentarán otras oportunidades cuando llegue el momento de dedicarme a la fundación a tiempo completo.

Por el momento, dedico gran parte de mi tiempo libre a buscar socios, patrocinadores y donantes, porque tenemos muchos proyectos y estamos comprometidos con la calidad y la continuidad en el nivel de apoyo que prestamos a nuestros jóvenes hermanos y hermanas y, más ampliamente, a todos los congoleños que lo necesitan, aunque somos conscientes -y a menudo es difícil aceptarlo- de que, por desgracia, no podemos ayudar a todo el mundo.