La internacional uzbeka juega para el PFC Sevinch. hace poco la delantera abrió una academia de fútbol para chicas, en la ciudad de Karshi, a fin de crear más oportunidades para las futbolistas en su país.
Par Makhliyo Sarikova
Amo el fútbol. Es mi pasión. Cuando jugué para la Liga de Campeones de la UEFA, hace unos años, comprendí que tenía que conseguir que el fútbol femenino en Uzbekistán ganase popularidad, y tratar de incrementar el número de mujeres futbolistas en el país. Soñaba con que las jóvenes tuvieran la oportunidad de brillar en el mayor escenario.
Cuando juegas a nivel profesional, ves que las chicas no tienen las mismas condiciones ni oportunidades que los chicos. El fútbol femenino afronta muchos problemas en mi país. El principal es la falta de infraestructura. Únicamente tres clubes cuentan con buenas instalaciones y pueden permitirse pagar salarios decentes.
Hay muchas razones por las que el fútbol femenino no es prioritario en Uzbekistán. Una de ellas es nuestra cultura: la mayoría de la población es musulmana y vive siguiendo las normas de su religión. Por lo general, las niñas y las mujeres se quedan en casa y atienden a su familia por encima de todo. Además, las chicas se casan muy jóvenes. Por ejemplo, con 18 o 19 años. Y si practican algún deporte, suele ser gimnasia o ballet. Por eso no hay verdadera premura por invertir en el fútbol femenino.
He jugado en Kazajistán y en Emiratos Árabes Unidos. Tuve suerte. Es diferente para las jóvenes que están empezando a jugar. Si no tienen suficiente suerte, se quedan en Uzbekistán, donde el fútbol femenino no es tomado en serio.
Solía hablar acerca de estos problemas, pero nunca cambió nada. Esa fue la principal razón por la que fundé una academia. Al comienzo de este año, debatí la idea con el director de nuestra Federación de fútbol. En los últimos dos años, se ha prestado más atención al desarrollo del fútbol femenino, aunque ello por sí solo no basta para alcanzar todos los objetivos. Necesitamos un esfuerzo colectivo. Tras la reunión con la Federación, presenté la idea a mi club. Juntos decidimos que teníamos que abrir la academia.
Soy de Tashkent, nuestra capital. Karshi está en el sur del país, a casi 500 kilómetros de distancia. Mi conexión con esta región se ha incrementado en los últimos 10 años, mientras jugaba en el PFC Sevinch. Gracias a la directiva del club tengo todas estas oportunidades. Estaban dispuestos a establecer la academia y prestaron su ayuda. El club observa los cambios positivos que podemos lograr.
Hemos comenzado por seleccionar a niñas futbolistas de 7 a 13 años. Tratamos de ofrecerles todas las oportunidades para que puedan convertirse en futbolistas profesionales. Van a una escuela cercana y ofrecemos un programa diario de entrenamiento. Tenemos entrenadores para cada categoría de edad.
Las futbolistas también pueden vivir en la academia, donde podemos facilitar hasta 80 plazas. Actualmente tenemos 20 futbolistas, pero seguimos organizando rondas de selección. Proveemos también a las jugadoras nutrición saludable. Muchas de ellas proceden de familias humildes, de una región subdesarrollada, y donde la alimentación en ocasiones no está bien gestionada ni es saludable.
No cumplo una función específica en la academia. Simplemente he estado ocupada dando vida a esta iniciativa. El club financia la academia y, aunque no tengo un gran salario, he estado ahorrando parte del mismo para destinarlo a la academia.
Community Champions: futbolistas que hacen la diferencia
Sería estupendo ver que una futbolista profesional salió de mi academia. Sería un gran logro. Y el siguiente paso sería ver que alguien de la academia jugara en Europa; para verlas al mayor nivel, al igual que otras futbolistas profesionales que observamos en Europa.
No obstante, el objetivo último es que otras regiones aspiren a seguir nuestro ejemplo, impulsándoles a abrir academias. Esperamos que, pronto, cada región de cada ciudad pueda contribuir al desarrollo de las futbolistas.
Pero eso es algo más que tan solo abrir una academia de fútbol para las chicas. Esta región tiene el porcentaje más bajo de mujeres que participan en el mercado laboral de nuestro país. La academia ofrece oportunidades laborales a aquellas mujeres que desean seguir en el fútbol. Muestra también a todas las mujeres de nuestra región que pueden hacer mucho más que quedarse en casa.
En nuestra serie #CommunityChampion, destacamos las actividades de un futbolista profesional que ayudan a influir en la vida de otras personas. Descubre más AQUÍ.
