El racismo abominable contra los futbolistas profesionales no sólo es atroz para las víctimas, sino que también siembra el odio en la sociedad a escala mundial. Para agravar una situación ya de por sí chocante, Vinicius Jr., una vez más blanco de los abusos, fue expulsado, criticado y avergonzado como víctima, y ha recibido una catarata de odio adicional en las redes sociales.
Elogiamos a Vinicius Jr. por denunciar repetidamente el racismo de los aficionados y poner de relieve la naturaleza sistémica del abuso discriminatorio que sigue existiendo en todos los sectores del fútbol. Este y otros muchos casos de racismo en los estadios deberían tratarse al más alto nivel en el país en el que se producen. Apoyamos plenamente la decisión de la AFE de presentar una denuncia ante la fiscalía española.
Al mismo tiempo, nuestro fútbol también tiene la responsabilidad de actuar. Una vez más, pedimos a los organismos futbolísticos internacionales y nacionales que revisen el protocolo de tres pasos, que en repetidas ocasiones ha demostrado ser débil e ineficaz en la lucha contra el racismo en los estadios. Los jugadores siguen estando expuestos e insuficientemente protegidos en su lugar de trabajo contra la discriminación y otras formas de abuso y acoso.
