Los talleres, que transcurrieron en cuatro sesiones a lo largo de tres días, fueron presentados por FIFPRO y conducidos por Kat Craig, una asesora de FIFPRO que ha dado asistencia a cientos de atletas procedentes de muchos deportes, incluyendo el fútbol.
"Confiamos plenamente en que las jugadoras que han sufrido algún tipo de abuso nos alerten de ello, aunque con frecuencia no llegamos a reconocer lo difícil que es dar ese primer paso para manifestar el abuso," asegura Craig.
“Es nuestra responsabilidad crear una cultura que sea receptiva y segura para las jugadoras que desean denunciar un caso de abuso, y asegurarnos de que no incrementamos el trauma y el riesgo que podrían estar afrontando ya."
En los últimos dos años, FIFPRO y sus sindicatos de jugadores han trabajado para mejorar los procedimientos de protección a las jugadoras, preservando su derecho al anonimato al presentar pruebas contra sus abusadores.
Los talleres han sido una oportunidad para que los sindicatos debatieran las mejores prácticas, incluyendo formas de crear un entorno seguro y de capacitar a las mujeres a plantar cara ante el abuso.
En los recientes casos de abuso perpetrados en Afganistán y Haití, los altos directivos del fútbol aprovecharon su posición de poder para abusar de las jóvenes. Cuando las jugadoras, valientemente, aportaron pruebas contra ellos, la FIFA les prohibió toda actividad deportiva.