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Mogogi Gabonamong: el jugador que deseaba ser agricultor

Transición profesional Historias de futbolistas

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  • El ex internacional de Botsuana Mogogi Gabonamong (38) nació en el seno de una familia de agricultores y siempre quiso ser agricultor.
  • Mogogi debutó con el equipo de Botsuana a los 16 años y jugó profesionalmente en Sudáfrica y Trinidad y Tobago. Fue galardonado con el Presidential Certificate of Honour en reconocimiento a su destacada trayectoria y su contribución al deporte en Botsuana.
  • Desde su retirada hace unos años, se ha concentrado en su vida de agricultor y ganadero de ganado vacuno y caprino en su granja.

“La vida en la granja era lo único que conocí mientras crecía. En esa época surgió mi amor por la agricultura y la vida de la montaña. Solía ver a mi padre y a mis hermanos mayores cuidando al ganado y me fui involucrando cada vez más en las labores porque me encantaba. Me levantaba muy temprano y sacaba el ganado a pastar. Ordeñaba las vacas y llevaba la leche a la casa. Por la noche, iba a buscar el ganado y lo llevaba de vuelta al kraal (corral de ganado). A medida que crecía, mis responsabilidades iban en aumento y tenía que vacunar a las vacas, revisarlas, arar los campos, etc.

Mi pasión por el fútbol se fue desarrollando al mismo tiempo. Cuando estaba en el monte descansando y observando pastar a las vacas, escuchaba los partidos de fútbol en la radio y soñaba con jugar algún día como profesional. Mi equipo favorito era el Kaizer Chiefs (un equipo sudafricano) y siempre llevaba una radio conmigo para escuchar sus partidos porque no teníamos televisión en la granja.

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Mi trayectoria futbolística empezó realmente cuando iba a la escuela en la capital, Gaborone. Me di cuenta de que no me faltaba talento. En mi escuela se jugaba contra otros equipos y yo era el jugador al que más temían los rivales. Quería convertirme en profesional para ayudar a cambiar la situación en mi casa, pero sin dejar de ser agricultor. Compré mi primera vaca con la paga que recibí por jugar en la selección sub-17 de Botsuana y en la selección absoluta. Era muy poco dinero, pero ahorré hasta que pude comprar la vaca. La granja siempre fue un espacio seguro y que me permitió crecer y madurar lejos del terreno de juego. Cuando me fui al Manchester United para hacer las pruebas con 16 años, primero fui a la granja para que mis padres me dieran el visto bueno y volví directamente a la granja al regresar después de un mes en Inglaterra.

Cuando fiché por mi primer club, el Mogoditshane Fighters, ya sabía en ese momento que tenía que estar centrado en el fútbol. Quería utilizar mi dinero del fútbol de forma inteligente para la granja y, de ese modo, poder lograr mi ansiado sueño. Después del partido de los sábados, cogía un autobús y me iba a la granja, pasaba un día y estaba de vuelta para el entrenamiento del lunes en Gaborone. Respetaba ambos (el fútbol y la agricultura), invirtiendo mi tiempo en ambas cosas y trabajaba duro en las dos.

Solía comprar la revista Farmers Weekly. La leía en los viajes fuera de casa y mis compañeros de equipo solían hacer bromas con esto. Me llamaban “Modisa”, que significa 'comprador de ganado' en setswana. Y aún me siguen llamando así. Pero la lectura me ayudó mucho. Aprendí mucho mientras leía en esos viajes porque quería practicar una agricultura diferente a la que conocí durante mis años juveniles. Quería poner en práctica lo que aprendí de mis padres, pero también hacer las cosas de una manera distinta, moderna y actual.

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Cuando jugaba en Sudáfrica, no tenía mucho tiempo libre, pero cada vez que podía, encontraba tiempo para la granja. Aún así, nunca falté a los entrenamientos, nunca me perdí un partido por muy grande que fuera mi pasión por la agricultura. Respetaba mucho mi trabajo futbolístico y conseguía mantener un equilibrio entre ambos. Por ejemplo, una vez fui a comprar un tractor justo después del entrenamiento en el SuperSport United de Pretoria. Me lo llevé a casa, a Botsuana, al día siguiente de entrenar y después volví a Pretoria por la noche, ya que me entrenaba a la mañana siguiente.

La vida del fútbol es corta. Es importante invertir en lo que quieres hacer cuando dejas de jugar. Siempre supe que no iba a jugar toda mi vida y me esforcé por cuidar de mi granja mientras seguía jugando. Desde el principio supe que no siempre tiene que ver con tu talento, ya que las cosas pueden salir mal. He visto a compañeros de equipo con mucho talento que no necesitaban hacer un esfuerzo adicional en el fútbol, pero yo sabía que tenía que centrarme aún más en mi pasión fuera del fútbol. Ambas cosas requieren compromiso y trabajo duro.

La agricultura no es fácil, ni mucho menos, tiene sus propias dificultades y desafíos, pero si te gusta, puedes seguir avanzando. Los jugadores no siempre tienen que seguir el camino de los demás para que les consideren tipos 'cool'. Muy pocos jugadores compartían la pasión por la agricultura y yo nunca tuve un problema con eso. Seguí mi propio camino. Por eso es importante que los jugadores sepan lo que quieren mucho antes de colgar las botas y dejar el fútbol.”