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Christiana Solomou y la selección femenina chipriota luchan por la igualdad de trato

Historias de futbolistas

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“Espero que mi hija cobre su sueldo”. Christiana Solomou lo dijo entre risas, porque aún no tiene ninguna hija, la jugadora de la selección chipriota habla muy en serio: lucha por la igualdad de trato de las jugadoras de la selección femenina.

“No cobramos demasiado dinero cuando jugamos con la selección”, explicó Solomou a la FIFPRO. Las mujeres reciben una asignación diaria de aproximadamente 40 euros.

“La mayoría de nosotras no somos jugadoras profesionales. Tenemos otros empleos y debemos solicitar días libres cuando jugamos un partido con la selección. El dinero que recibimos de la Federación de fútbol es mucho menos que el que obtenemos de nuestro empleo habitual y además tenemos que pagar nosotras mismas los gastos de desplazamiento”.

Los jugadores de la selección masculina reciben el triple que nosotras. “Creo que es injusto. Todos los jugadores de la selección masculina tienen contratos profesionales con sus clubes, pero también cobran más cuando los convoca la selección nacional. La Federación Chipriota de Fútbol (CFA) recibe dinero de la FIFA para que invierta en el fútbol femenino, pero en Chipre ese dinero no se invierte en nuestro fútbol”.

Solomou es una de las capitanas de la selección nacional que comenzó a luchar por estas reivindicaciones en el año 2020. Las jugadoras posaron junto a las jugadoras de la selección femenina de Finlandia, que acababan de llegar a un acuerdo de igualdad salarial con su federación de fútbol. Las jugadoras se pintaron símbolos de igualdad en las manos, los mostraron a la cámara y exigieron las mismas condiciones laborales que los jugadores de la selección masculina, incluidas las dietas, las instalaciones de entrenamiento y el equipamiento.

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Las mujeres han recibido el apoyo de la selección masculina y de muchos otros deportistas, aficionados, medios de comunicación y parlamentarios, pero la CFA no ha dado su brazo a torcer. No están dispuestos a hacer cambios e incluso han intentado silenciar a las jugadoras amenazándolas con excluirlas de la selección nacional.

“Han estado ejerciendo mucha presión sobre la selección” —recuerda Solomou— “pero seguimos adelante. Ahora tengo 28 años y tenemos que hablar sobre estas cosas para allanar el camino a las jugadoras más jóvenes y debemos hacerlo juntas”.

Las jugadoras hablaron con la CFA y esta les prometió ayuda. “Llegamos a un acuerdo, pero no hemos visto ningún cambio real después de eso. No parece que quieran realmente ayudarnos. Sí, han aumentado nuestra asignación de 25 a 40 euros por día, pero sigue siendo muy poco dinero y ni siquiera han confirmado por escrito cuál es el importe oficial que recibimos. Solo hemos jugado tres partidos y hemos recibido distintas remuneraciones después por cada partido”.

“No se trata solo de dinero. Queremos mejorar la calidad de nuestra selección y hemos pedido a la CFA más reuniones con la selección, organizando, por ejemplo, partidos o campos de entrenamiento, pero eso no ha sucedido. El año pasado solo nos reunimos cuatro veces”.

El sindicato de jugadores PASP apoya a las jugadoras y quiere negociar con la CFA, pero ésta no reacciona a ninguna de las cartas que le ha enviado el sindicato.

Las mujeres también están preocupadas por la falta de igualdad de género en su país y esperan poder ayudar a que se produzca un cambio mediante una campaña que incluye un anuncio de televisión que a partir del próximo lunes se emitirá en la televisión nacional.

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Su campaña cuenta con el apoyo de la presidenta de la Cámara de Representantes, Annita Demetriou, la vicepresidenta de la Comisión de Igualdad de Género del Consejo de Europa, Andri Savva y la ex comisaria europea Androulla Vassiliou.

Las jugadoras y el sindicato pretenden abrir un debate parlamentario para que se apruebe una legislación sobre igualdad de género e igualdad de remuneración en el mundo deportivo. Incluso se plantean trabajar junto a la comisión de derechos humanos del parlamento para que esta ayude a iniciar las negociaciones sobre esta ley.

Las chipriotas financiaron su campaña con el dinero del premio Player Voice de la FIFPRO y que ganaron en 2020. También decidieron ayudar a su selección nacional y a los clubes nacionales comprando camas de fisioterapia portátiles.

Según Solomou, los equipos agradecieron estas donaciones, ya que funcionan con presupuestos relativamente pequeños. “Tenemos nueve equipos femeninos en la liga absoluta, pero solo dos o tres equipos tienen algunas jugadoras profesionales. La liga solo dura seis meses, así que todas las jugadoras necesitan tener un empleo para los otros seis meses, porque si no, no se gana suficiente dinero. Yo trabajo como asesora de seguros”.

“Esta es otra de las razones por la que muchas jugadoras abandonan el fútbol antes de tiempo. Tengo 28 años, estoy casada y quiero formar mi propia familia. Por ese motivo, también estoy pensando en dejar el fútbol”.