Decisión
El 16 de marzo de 2010, casi nueve años después de iniciarse el caso, el Tribunal decidió que el reglamento francés imponía una restricción a la libertad de circulación de los trabajadores.
Aunque esas normas no impidieron que Bernard firmara un contrato con un club en otro país, tornaban esa opción mucho menos atractiva, debido a la indemnización.
Asimismo, el Tribunal consideró que la indemnización exigida era excesiva, y que debía limitarse a los costes exactos que el club había invertido en la formación del jugador.
¿Por qué este veredicto es tan importante?
Con esta sentencia, el Tribunal reconoce que el club que formó al jugador en cuestión tenía derecho a un desembolso. Sin embargo, el hecho de vincular dicho desembolso estrictamente a los costes de formación, favoreció ampliamente la libre circulación de los futbolistas.
Reacción
“Fue muy duro para mí,” afirma Bernard. “No sabía qué había hecho mal. Sencillamente, me negué a aceptar un empleo.”
“Todo ser humano tiene derecho a rechazar un empleo. Por eso fue tan importante para mí ganar este caso. No se puede obligar a nadie a quedarse donde no es feliz. Ya no tenía contrato, así que era libre para marcharme.”